‘La elegancia con la que ha renovado los horizontes de la novela” Enrique Vila-Matas es uno de los argumentos con que el jurado del Premio Formentor de las Letras, dotado con USD 70 000, galardonaron ayer la trayectoria del escritor barcelonés, autor de la famosa ‘Bartleby y compañía’.
Además de narrativa de ficción, su pluma también ha producido ensayos literarios, como ‘Aunque no entendamos nada’. Su más reciente novela es ‘Kassel no invita a la lógica’, de la cual adelantamos aquí detalles de en qué circunstancias fue hecha y una reseña.
Bastó una llamada en la que le prometieron la solución al misterio del universo para que Vila-Matas aceptase participar en la Documenta 13 la exposición de arte contemporáneo más grande del planeta que cada cinco años, desde 1955, convoca a lo más innovador de la vanguardia artística a la ciudad alemana Kassel.
Su participación consistía en acudir, durante una semana, al restaurante chino Dschingis Khan, a las afueras de Kassel, y escribir. Si algún curioso se animaba a abordar al escritor, Vila-Matas tenía que interactuar con él y hablar de lo que estaba escribiendo.
Si bien hizo todo lo que pudo para evitar pasar el tiempo en aquel restaurante, esa extraña experiencia le sirvió de pretexto para escribir ‘Kassel no invita a la lógica’ (Seix Barral, 2014).
El argumento del libro es el sentido del arte. “Hay que escuchar a los artistas -escribe el autor-, nunca como en nuestros días han sido tan necesarios. Son lo contrario de los políticos”. El libro de Vila-Matas, basado en su recorrido por las obras de los creadores contemporáneos, es un clamoroso llamado a creer en el efecto subversivo del arte, pero también a contrastarlo con las anquilosadas convenciones de la novelística española actual.
“Hablamos de la dificultad tan española para admitir el arte sin mensaje, para aceptar una literatura sin el toque necesariamente humanista en su vertiente comunista”. Ese pequeño fragmento de ‘Kassel…’ da cuenta de la opción del libro por pensar a la literatura como fin último de la narración, no como medio para llegar a algo más.
Es un contrapunto a las novelas españolas sobre la crisis económica que, lejos de perseguir ser en sí mismas propuestas estéticas, intentan hacer un estudio sobre la situación política.
Vila-Matas hace, en ‘Kassel…’, lo mejor que sabe hacer: autoficción y metaliteratura. Y en ese campo es un maestro dotado de una prosa potente y erudita. Además, nos vuelve a presentar el fascinante universo de las citas literarias: “¿Será cierto -se preguntaba Kafka- que uno puede atar a una muchacha con la escritura”. Y Vila-Matas responde, dándole la razón al autor praguense y continuando el juego: “Se escribe para atar al lector, para adueñarse de él, para seducirlo, para subyugarlo, para entrar en el espíritu de otro y quedarse allí, para conmocionarlo, para conquistarlo”.