El busto de Adriano esculpido en mármol pentélico o la estatua del emperador, en mármol de grano fino, son algunas de las esculturas que salen por primera vez de Grecia y que ahora se pueden ver en Roma, en la muestra ‘Adriano y Grecia. La Villa Adriana, entre el clasicismo y el helenismo’.
La exposición se inauguró ayer y estará abierta hasta el próximo 2 de noviembre en la Villa Adriana de Roma, un lugar de 120 hectáreas, de las cuales solo 40 están abiertas al público. Un busto en mármol, de 55 centímetros, de Adriano portando una corona cívica, que se expone normalmente en Atenas, o una estatua de él de 268 cm, esculpida en mármol blanco y que se exhibe en Creta, son algunas de las obras que incluye la muestra.
Pero el público que asista no solamente verá esculturas de Adriano, sino que también disfrutará de otras obras como el busto en mármol pario del filósofo Metrodono. En total, 50 piezas, de las cuales 20 han sido trasladadas desde Atenas, Loukou, Maratón, Pireo y Corinto, de donde no habían salido anteriormente. Con esta exposición, Roma rinde tributo a uno de los emperadores más importantes de la historia de Grecia y de Italia.
“Adriano fue la figura que transformó el modelo político y económico de Grecia. Para él, Grecia era cultura, y la cultura era política. Esa era su forma de gobernar”, explica Elena Calandra, una de las comisarias de la exposición.
Nacido el 24 de enero del 76 d.C. en el seno de una familia acomodada, Adriano fue adoptado desde muy pequeño por su primo Trajano, emperador de Roma desde el año 98 d.C hasta el 117 d.C.
Atenas fue la ciudad en la que Adriano se educó cultural y políticamente, y en la que se formó una idea del helenismo, que más tarde impondría en todo el mundo antiguo.
Defensor de la paz y de la democracia, Adriano fue conocido, entre otras cosas, por levantar una gigantesca muralla, en la frontera norte de Inglaterra, para marcar los límites de su imperio.