Aunque suene a pompa y a sentencia; aunque el mercado parezca impulsarlo; aunque configure una especie de canon sacrosanto; el concepto de ‘gran novela norteamericana’ existe y dinamiza la literatura de los Estados Unidos. Tal vez se deba a que se lo toma como una metáfora de la identidad, como la disección de una sociedad -en clave de ficción- o como una épica nacional.
En breve, el área de Letras de la Universidad Andina abrirá el curso ‘La gran novela norteamericana del siglo XIX al XXI’, coordinado por Raúl Serrano, donde se estudiarán, pero, sobre todo, se leerán las narrativas de escritores de distintas épocas desde Mark Twain y Herman Melville, pasando por John Dos Passos y Carson McCullers hasta Don DeLillo o Philip Roth, entre otros.
Lecturas y referencias de por medio, una charla con Serrano resulta clarificadora sobre la narrativa estadounidense, una de las más intensas de la literatura universal. Para él, esto de la ‘gran novela’ enmarca textos que proponen una serie de recursos innovadores en el nivel formal e impactan por lo que cuentan; “es una literatura viva que en su momento de publicación fue ruptura ante la tradición”. Entre los logros cuenta la metamorfosis de la realidad al servicio de la literatura.
Estas novelas funcionan como radiografía de la sociedad de los EE.UU., “inclusive una tomografía”, amplía Serrano. A través de la ficción, del establecimiento de microcosmos o de simbolismos, nadie mejor que los escritores para examinar un periodo histórico y desnudar normas y conductas. Como ejemplo, ‘La letra escarlata’, de Nathaniel Hawthorne, que se ubica en la colonia inglesa sobre territorio americano, en tiempos del puritanismo, y desarrolla una lectura sobre dinámicas sociales y actos cuestionables.
Lo formal de las novelas se ha tratado de manera lúcida -apunta el profesor- en todo el desarrollo de esta narrativa. Se lo ha hecho a través de una serie de estrategias y aportes, desde Melville, Twain, Hemingway, Scott Fitzgerald, Faulkner -“la suma y síntesis de todo el proceso”-, Kerouac, Capote, Morrison, Paul Auster, Franzen…
El monólogo interior, el orden no cronológico o la narración a ritmo de ‘bebop’ – por mencionar algunos recursos formales- han sido una preocupación para los autores norteamericanos, un desafío permanente, mas no un plan deliberado. Además de que cada autor ha cumplido aquel mandato de Hemingway , de mantener encendido su “detector de mierda”, muchos de los recursos por ellos utilizados van acorde a las dinámicas sociales y culturales. Se cruza, como evidencia de todo esto, el nombre de Junot Díaz y esos juegos lingüísticos que componen ‘The Brief Wondrous Life of Oscar Wao’.
En la actualidad, la literatura estadounidense, con sus textos y sus autores, muestra que esa sociedad es plural y se ha enriquecido con los flujos migratorios; de ahí las líneas que se extienden, a pesar del desarraigo, con África, Asia, Latinoamérica.
Pero esa apropiación, mixtura y multiplicación de voces en la literatura, también juega un rol crítico y desestabilizador ante la idea de ‘el sueño americano’. Serrano cree que los novelistas norteamericanos, como todos los grandes creadores, siempre han sabido leer, desde la sospecha, desde la otra vereda, lo que se esconde detrás de esa tentación o metáfora tramposa. Ninguno ha sido complaciente -dice- y han buscado el significado de lo que es el alma de esa nación, las paradojas de una sociedad compleja.
“Basta leer las novelas de Raymond Chadler como las de David Leavit para tener una idea cabal de esto. Son ellos, a través de sus historias, los que han sabido poner en su real dimensión lo que esconden las apariencias y el juego de la doble moral”. Y añade: “los novelistas del norte nunca han sido sumisos a la estética del mercado, pues siempre han sabido imponer sus visiones a pesar de las exigencias y restricciones de ese mercado”.
Además, la literatura estadounidense ha estado junto a los movimientos de contracultura, tanto desde la música (el jazz o el rock), como en las luchas de la sociedad civil frente al poder hegemónico. Serrano cita el caso de las minorías sexuales o étnicas en la escritura de William Burroughs, los otros autores beat, o James Baldwin: escritores sensibles a lo que ocurría en su medio; escritores que nos llaman desde sus libros.
Sobre el curso
Las inscripciones estarán abiertas desde este lunes 24, hasta el 5 de octubre. El curso iniciará el 11 de octubre.
El curso va desde octubre del 2012 hasta junio del 2013 y se divide en tres módulos, que se corresponden con distintos periodos de esta narrativa.