Tarea difícil la de definir el libro publicado recientemente por Juan Andrade Heymann, ‘Trece novelas (que no son cuento y no son 13)’. En un estilo peculiar, Andrade ha juntado material de diverso calibre para presentar 392 páginas al lector.
En algún momento, y salvando las distancias, ante la propuesta que hace el autor, se podría recordar el manejo del absurdo que hace el español Juan José Millás en sus ‘articuentos’ (mitad cuento, mitad artículo de opinión). Andrade, como Millás, en el relato ‘El Supremo’ se vale de hechos de coyuntura y recrea el enfrentamiento entre el presidente Correa y los indios ecuatorianos por la administración del agua.
Quizá ‘disparatados’ sea el mejor calificativo para los relatos inclasificables de ‘Trece novelas…’. Pero lo que más puede llegar a molestar es cómo se desvirtúa el recurso del absurdo; pese a contar con temas que pudieran ser abordados de manera más atrevida o graciosa, el autor no se da el trabajo de pulir y mejorar imágenes ni de realmente sorprender al lector, que en todo caso es quien mejor puede juzgar su obra.