El espacio, aparentemente, es pequeño, para un espectáculo que se anuncia como patinaje sobre hielo. En el escenario del Teatro Centro Cívico se levantó una pista de 12 metros por 10.
Sin embargo, durante dos horas, 25 bailarines, acróbatas, contorsionistas, payasos, ilusionistas mostraron un gran nivel en la presentación, el pasado lunes, en Guayaquil. Lo hicieron por la variedad de números y, sobre todo, por la destreza en el patinaje. Son los integrantes del Circo Ruso sobre Hielo.
Este espectáculo, que se presenta desde el pasado viernes, combina tradiciones rusas, como la danza y música, con el circo, actividad de raigambre y aceptación en Rusia.
En cada actuación, el tamaño del espacio pasó desapercibido. Vueltas, giros y malabares arrancaron más de un aplauso de los asistentes. Esto ocurrió en la actuación de los esposos Angélica y Andrei Zorin. De un lado a otro, la pareja se desplazó con cuatro grandes estructuras, dos cubos y dos cuadrados, por la pista. Las hicieron girar sobre sus brazos y sobre sus manos y ambos hicieron piruetas con ellos. En menos de 10 minutos fueron unas 15, cinco de ellas con un alto grado de dificultad, por el riesgo de que ocurriera un accidente.
Sobre el hielo, también Irina y Alexie mostraron sincronización y cadencia bailando bolero. Fue una rutina sin ningún error. Ambos, individualmente y como pareja, han ganado competencias nacionales en Rusia.
“¡Uy!” fue la expresión que Matilda Vera, de 40 años, soltó cuando Irina se alejó de su pareja, de espaldas y sin ver el piso. Había el riesgo de que llegara al borde y se cayera. No fue así: un movimiento de tobillos fue suficiente para cambiar de dirección. Los aplausos del público, unas 200 personas asistieron esa noche, no se hicieron esperar, incluidos los de Matilda, su hijo, dos hermanos y su tía.
Olga Halayco, organizadora de la presentación en Ecuador, reitera el gran nivel y la preparación de los artistas. “La mayoría comenzó su formación desde los tres y cinco años de edad”.
Al referirse al tamaño del escenario, dijo que es una pista para teatro y no para carpa. “Como ellos son profesionales trabajan en pista pequeña. Una diferencia con una pista grande pudiera ser el impulso, de ahí realizan todas las rutinas que saben”.
Las muñecas de cristal, malabaristas, magos y un inusual concurso hípico, a cargo de los payasos, Kolia y Liona, se presentaron en la primera parte.
Un generador de frío, traído desde Rusia, permitió que la pista se mantuviera a bajas temperaturas. Tras un intermedio de 20 minutos, en la segunda parte destacaron, el ballet, las danzas rusas y un acto aéreo que dejó sin aliento a varios asistentes.
Cuando terminó la presentación del Circo Ruso, Matilda Vera y su familia salieron satisfechos. El espectáculo estará en Guayaquil hasta el domingo y luego van a Lima, Perú. En Quito estará del 6 al 18 de agosto.