Mañana se celebra el Día Internacional del Teatro. Una fecha que entre los artistas locales ha sido asumida como una oportunidad para visibilizar sus necesidades. Unos, por ejemplo, realizarán mañana, desde las 15:00, una toma de la Plaza del Teatro, acción con la que quieren hablar de las necesidades de los trabajadores escénicos.
En el marco de esta fecha, Daniel Alcoleas, presidente de la flamante Asociación Nacional de Artes Escénicas, conversó con EL COMERCIO sobre las necesidades de la labor de todos aquellos que ejercen su trabajo sobre un escenario.
¿Cuál es la necesidad de tener la Asociación Nacional de Artes Escénicas?
Esto parte de un proceso histórico. Ya ha habido otros gremios, pero muchos de estos se han visto truncados por algún motivo. Lo que buscamos es tener una entidad que nos represente gremialmente, no culturalmente. Es un espacio para reivindicar nuestro trabajo como creadores, y darle voz al público que disfruta de las artes escénicas. Queremos tener una representación y coordinar con otras asociaciones para crear un gran gremio nacional que sea el ente que nos represente. Como artistas ya tenemos la legitimidad de nuestro trabajo, lo que nos faltaba era la legalidad. Ocurre que hay un vacío legal. No hay una legislación que marque nuestro trabajo, que indique cuáles son las obligaciones del Estado con respecto a los trabajadores de las artes escénicas.
¿Cuáles serían algunas de estas obligaciones?
Por ejemplo está el acceso a la seguridad social. A diferencia de un arquitecto o un albañil, nosotros no estamos asegurados, no tenemos los mismos derechos que los trabajadores. También está el hecho de la gratuidad de los espectáculos escénicos. El Estado con esta cuestión nos está dejando a los independientes en la calle. Considero que sí debe haber un acceso universal a las artes escénicas, pero entonces que el Estado se haga cargo de la gratuidad para los espectadores, pero que no nos la imponga a los trabajadores. Yo no puedo trabajar gratis. Un tema más es la Ley de Culturas. Hemos leído y discutido este tema ya por varios años. Hemos ido incluso a hablar con los legisladores. Pero a la final nadie sabe nada. Que ahora es Ley, que mañana es Código, este asunto se está planteando muy alejado de las necesidades reales de los trabajadores de las artes escénicas.
Entonces, ¿por qué debemos quedarnos sentados esperando una Ley que contemple nuestras necesidades? ¿Qué urge en el trabajo de los artistas escénicos?
Por un lado es el espacio público. Se nos pide mucho papeleo para trabajar. Así que queremos crear un circuito nacional de artes escénicas para tener lugares donde presentar nuestras obras. Muchos de los espacios estatales y municipales tienen criterios excluyentes hacia nosotros. Nos dicen que nos podemos presentar en un sitio, pero no en otro, por ejemplo. Otra situación bochornosa en nuestra labor es la que pasan los artistas callejeros. Nosotros no somos comerciantes. Estamos planteando arte. Los municipales no deberían tratarnos de manera ofensiva como lo hacen actualmente.
¿Hay abuso de la autoridad cuando se presentan en el espacio público?
Sí. Es muy claro ver un domingo en la Plaza Grande que hay varios grupos evangélicos, incluso agresivos, que hacen sus reuniones ahí. Nadie los topa porque es libertad de culto. Pero cuando unos artistas callejeros ponen sus cosas, la Policía los manda. Salvo que se haga toda la gestión para el uso del espacio público. Es una visión mercantilista que está impidiendo nuestro trabajo.
Sin embargo hay los teatros en casa y los escenarios privados para su trabajo…
Pero tienen agenda llena. Lugares como la Casa Humboldt, el Patio de Comedias o el Teatro en casa de Diana Borja ayudan a que hagamos nuestras obras, pero son espacios que tienen sus agendas llenas. Desde la Asociación tenemos una meta bien clara: articular fechas de presentaciones tanto en escenarios locales como nacionales y así establecer circuitos teatrales.
¿Cómo se encuentran las artes escénicas en el resto de provincias?
Hay un movimiento escénico que ha sido invisibilizado. Hay propuestas teatrales bastante interesantes pero que no han sido tomadas en cuenta. Con la Asociación lo que buscamos es investigar a estas agrupaciones y tener clara la presencia de compañías en el país.
¿Cuál es su criterio frente al concepto de industrias culturales que se maneja actualmente en el Gobierno?
Las artes escénicas son artes vivas. La TV, el cine o la música sí han creado una industria. ¿Cómo reproducen nuestro trabajo? ¿Acaso nos meten en una máquina que produce obras constantemente? Esto pervierte nuestro trabajo, nos obliga a crear de una manera comercial .
PERFIL
Daniel Alcoleas es un artista argentino nacido en General Roca, Patagonia. Sus primeros trabajos teatrales datan de 1977, y el trabajo con los títeres empezó en 1983.
En más de tres decenios en las artes escénicas se ha desempeñado como actor, director y titiritero. Sus obras han sido presentadas en países como Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Nicaragua, Guatemala y México.
En Ecuador dirige la agrupación La Puerta. También está al frente del taller Tango Sur, dirigido a personas que practican este baile en el país.
LA FRASE
Daniel Alcoleas: “No hay legislación que marque nuestro trabajo, que indique cuáles son las obligaciones del Estado con respecto a nosotros”.