Los 45 músicos de la Orquesta de Cámara Art Ensamble, de la Universidad de Cuenca, ingresan presurosos al salón e inmediatamente alistan sus guitarras, violines, contrabajo, flautas y otros instrumentos.
Religiosamente los lunes, martes y jueves, de 18:30 a 21:00, ensayan su repertorio bajo la batuta del maestro William Vergara. Este catedrático, quien se formó en Londres hace ocho años, planteó la necesidad de que Cuenca tenga una orquesta de cámara formada por jóvenes.
La iniciativa empezó con los alumnos del Conservatorio José María Rodríguez y de la Academia Froma. La orquesta se denomina Cuen-K Ensamble.
Desde septiembre pasado, este proyecto es parte de la Facultad de Artes de la Universidad de Cuenca. Según Vergara, es positivo que este centro universitario esté al frente de la orquesta de cámara, porque existe un salón amplio adecuado para este fin en el establecimiento.
También hay disponibilidad de los instrumentos de percusión y la Universidad se encarga de cubrir los costos de presentaciones de los conciertos.
Jésica Cárdenas, de 18 años, recuerda que tuvo que estudiar durante varias semanas para ser parte del grupo, pese a que durante tres años estudió violín en el Conservatorio.
Cárdenas asegura que el nivel académico es alto, por lo que es difícil ser parte de Art Ensamble. Ella escucha con atención las indicaciones que Vergara da sobre la ejecución de la sinfonía ‘100 Peer Gynt’, de Edvard Grieg.
Esta melodía será parte del repertorio que presentarán el 24 y 25 de este mes en Cañar y Cuenca. El 9 de julio se presentarán otra vez en la capital azuaya.
Vergara dice que todos los meses presentan conciertos en la Universidad o en festividades de cantones. El Director, por repetidas ocasiones durante los ensayos, observa a los estudiantes y corrige los errores que cometen.
Sergio Toledo, quien entona el contrabajo, también es parte de la Orquesta Sinfónica de Cuenca y en la actualidad busca obtener su título universitario. Según él, el hecho de que la orquesta de cámara sea más pequeña no impide que los ensayos sean minuciosos y analicen y estudien cada nota.
Con este criterio coincide la concertina Ghomayra Cevallos, de 23 años, al señalar que la capacitación que reciben es integral, tanto de obras clásicas, como nacionales y pop. Ella asegura que la formación que reciben es óptima porque se complementa con cursos impartidos por profesores extranjeros, como Jorge Lhez (Argentina) y Ernesto Monsalve (España).
Para la subdecana de Artes de la Universidad de Cuenca, Ximena Peñaherrera, es importante que los estudiantes tengan un excelente nivel para realizar presentaciones en diferentes ciudades. Ella dice que el único inconveniente es el presupuesto limitado; uno de los objetivos es que los estudiantes viajen a otras ciudades para capacitarse.
En esta agrupación también hay músicos aficionados de la ciudad y extranjeros o expertos que fueron parte de la Sinfónica de Cuenca. Una de ellas es Lourdes Jara, de 54 años, quien durante 30 años fue parte de esta última orquesta y se retiró.
Jara detiene la ejecución de su violín y comenta que este espacio tiene un ambiente de familia, es cálido y permite el aprendizaje continuo.