Hay algo en el jazz de ‘I love’, el disco que Cristina Morrison presentará el 31 de marzo en Quito, que hace pensar en una palabra: frescura. Con nueve cortes, seis de ellos con letras de su autoría, Morrison hace una apuesta interesante desde la fusión.
Si bien la idea de un disco de jazz venía de tiempo atrás, recién hace un año y medio se concretó el proyecto, con la colaboración de Christian Hidrovo, quien hizo la música y los arreglos del disco.
Ambos han hecho música juntos desde los inicios de la cantante en el jazz con el grupo La baronesa y sus amantes. Y para ‘I love’, durante nueve meses, ambos incursionaron en el proceso creativo, que culminó hace poco con dos semanas de grabación en los estudios Bennett de Nueva York.
Las letras de las canciones, que Morrison tenía escritas desde finales de los 90 -del período en que vivió en Galápagos-, entraron en el proceso de musicalización con la ventaja de la estrecha conexión musical que tiene con el compositor. “Cuando escribo no sé cuál será la melodía; pero lo que sí puedo ver es el espíritu, la atmósfera que va a tener y eso es lo que le transmito a Christian a través del ritmo de la escritura y de las sensaciones que tuve al escribir, para que la música exprese esas sensaciones”. Pero también la creación fue en el sentido inverso: Hidrovo componía una melodía y Morrison la completaba con una letra, como pasó con ‘Summer in New York’. En ambas modalidades la tónica es la fusión: “una fuerte base de jazz con el twist que le ponen el bossa, la samba, el bolero… que tienen las canciones”, dice Morrison.
La actriz y cantante ya presentó sus creaciones en dos conciertos el Metropolitan Room en Nueva York, donde ella reside, y dará igualmente dos conciertos en Ecuador: el 30 de marzo en Guayaquil (en Diva Nicotina) y el 31 en El Pobre Diablo, en Quito.
El domingo 25 de marzo, el disco circulará con EL COMERCIO y luego estará disponible en los locales de Libri Mundi.