Celiano Monge, el secretario de Eloy Alfaro

Celiano Monge en Quito. Ernesto Monge, nieto del historiador, guarda esta foto. Se la sacó en la calle Mejía, fuera de su casa.

Celiano Monge en Quito. Ernesto Monge, nieto del historiador, guarda esta foto. Se la sacó en la calle Mejía, fuera de su casa.

Las huellas de Celiano Monge Navarrete son notables en la historia, la educación y el periodismo del Ecuador. En Ambato, su ciudad natal, y otros cantones, una escuela fiscal, un colegio, una parroquia urbana y varias calles llevan su nombre. Y la semana pasada se develó un busto en su honor en el barrio El Obrero a un costado del puente Juan León Mera.

Para Fausto Palacios, miembro de la Academia Nacional de Historia, el aporte investigativo de Monge a la historia ecuatoriana es invaluable. “Descubrió las actas de Independencia de Ambato y Cuenca. En la actualidad, gracias a él sabemos que Ambato fue la segunda ciudad del Ecuador que declaró su independencia de España, 17 días después del 10 de agosto de 1809 en Quito”.

Monge fue uno de los pocos ecuatorianos que llegó a formar parte de la Real Academia Española de la Lengua y la de Historia. También, de la Academia Ecuatoriana de la Lengua y de la Academia de Historia de Venezuela.

Como periodista, fundó el periódico eventual La Candela con Juan Montalvo y Juan Benigno Vela. Además, las hojas periódicas La Pluma, El Átomo, El Diarito, El Fonógrafo, La Ilustración Ecuatoriana y EL COMERCIO, el 1 de enero de 1906, junto con José Alejandro Mata y los hermanos César y Carlos Mantilla.

Además, señala Palacios, descubrió los nexos estrechos de los patriotas de Riobamba con el Libertador Simón Bolívar. La mayor parte de su existencia la vivió entre Ambato y Quito. El 21 de noviembre de 1940 murió a los 84 años en la capital. 14 años más tarde sus restos fueron trasladados a Ambato.

La notable trayectoria de este personaje ha hecho que varios jóvenes demuestren interés por esta ilustre personalidad de Ambato. Es el caso de Richard Jácome. Este joven de 17 años se detuvo a mirar el busto de Celiano Monge en el barrio El Obrero. Se grabó su nombre y luego se dirigió a un local de Internet para indagar sobre ese personaje en la red. “En Google aparecen docenas de páginas. Luego de leer algunas pude apreciar el valor intelectual y como ser humano de don Celiano”.

Jácome descubrió, por ejemplo, que daba clases gratuitamente a las mujeres de escasos recursos en el Liceo Cevallos. En 1899, Eloy Alfaro, presidente de la República de ese entonces, nombró a Monge su secretario privado.

Sobre este hecho, el historiador Óscar Reyes escribió: “Celiano Monge, como secretario en la Presidencia, inició las reformas y creaciones culturales de la época. Incluso, estableció las escuelas normales ecuatorianas, por primera vez del magisterio laico de la República”.

Esto permitió, mediante Decreto, abrir escuelas nocturnas y vespertinas para los obreros. Además, cursos de alfabetización para jóvenes y adultos.

Con este impulso, el 1 de junio de 1897 se fundó el Instituto Nacional Manuela Cañizares. El 11 de diciembre de 1899, el Colegio Militar, entre otros.

Sin embargo, Palacios considera que Ambato le debe a Monge y a sus personajes ilustres, la construcción de un gran mausoleo. “Las nuevas generaciones deben recordarlos en su justo valor. No es posible que los restos de muchos ilustres ambateños reposen en diversos lugares como las catacumbas de la Medalla Milagrosa o como el caso de Pedro Fermín Cevallos, a la entrada del mausoleo de Juan Montalvo”.

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