La fundación Casa de la Danza, desde sus inicios, hace 20 años, vive con un espíritu nómada. Sus instalaciones han mudado de inquilinato en inquilinato. El sueño se inició con el Teatro de la danza, en la García Moreno; pasó al Altillo de la paz, en la Espejo; y ahora se asienta en el barrio de San Marcos, con un nuevo reto, cuyo nombre simboliza esa condición errante: la Carpa de la paz.
San Marcos es también el lugar de origen de la bailarina Susana Reyes, quien, con su pareja, el músico Moti Deren, dirige la institución. Ambos caminan hacia los 40 años de trayectoria sobre los escenarios. Reyes habla de la identidad de la Casa de la Danza: una apuesta por el engrandecimiento humano, desde las expresiones culturales ancestrales.
La fundación también comparte con sus directores ese carácter nómada. Reyes y Deren han recorrido el planeta con su danza y música y, a la vez, cada sitio visitado ha sido para ellos una fuente de nutrición. Para Susana, más allá de las diferencias culturales, el ser humano comparte similitudes, “la misma esencia donde todos confluimos”.
Recuerda Susana que Moti (cubano de nacimiento) alguna vez le dijo: “Cuando te vi bailar me enamoré de los Andes” y ella le respondió: “Cuando te vi me enamoré del mundo”. Ellos son los responsables de la realización del Festival Internacional Mujeres en la Danza, que ya va para su IX edición; y del Circuito por la no violencia contra la mujer. También han formado grupos como las Danzantes de la paz y dictan talleres de artes escénicas. A esos proyectos se suma, ahora, la propuesta de la Carpa de la paz. Un sitio de libre expresión y comunión.
Para la inauguración de esta propuesta (ubicada en la Junín y Gutiérrez, San Marcos), hoy se dará un festival artístico. Jaime Guevara, los Perros Callejeros, los Danzantes del sol, los Saltimbanquis, Saruymanda, Damiana Levi, Ochún y Dancensamble, son algunos de los invitados. El acto será hoy, a las 10:30 (entrada libre). La iniciativa se repetirá los últimos domingos de cada mes.