Lucía unos zapatos vetustos, una licra blanca y una especie de vestido gris con varias rasgaduras. En medio de la oscuridad apareció el actor cuencano Carlos Gallegos. Estaba sentado en una silla en el escenario del centro cultural El Prohibido, en Cuenca.
Gallegos volvió a las tablas con un monólogo, después de su incursión en el cine con ‘Prometeo deportado’, del director ecuatoriano Fernando Mieles.
La obra se titula ‘Barrio Caleidoscopio’. La luz iluminaba su rostro, que estaba pintado de negro. Aquella luz resplandeciente enfocaba sus ojos que simulaban a los del ratón Alfonsito uno de sus personajes, a quien decía que comprará uno o dos panes.
Su cuerpo temblaba, tan solo en pensar cómo atravesar la puerta de su casa y salir a la calle. Alfonsito prefirió ir al baño, peinarse, hacer gárgaras para enjuagar sus dientes..
El conocido actor presentó así por primera vez una obra hablada, puesto que sus dos anteriores trabajos ‘Macario’ y ‘Plush’ eran exclusivamente gestuales.
Otra de las novedades de esta propuesta es que Gallegos es el autor de la dramaturgia. Hace un año escribió un primer texto, que no le gustó, por ello en octubre pasado lo cambió totalmente. Según él, ‘Barrio Caleidoscopio’ está escrita en base de sus temores. Entre ellos el miedo a relacionarse y el de saber si su trabajo gustará. Está convencido que tendrá que presentar unas 100 veces ‘Barrio Caleidoscopio’ para que quede perfecta.
La música de Miguel Sevilla, integrante del grupo Rocola Bacalao, acompañó la pieza teatral, la misma que también contó con el apoyo de Virginia Cordero en el vestuario. Jaime Garrido estuvo a cargo de la producción general, y Gonzalo Gonzalo realizó la dirección actoral.
‘Barrio Caleidoscopio’ se presenta hasta el próximo viernes en Cuenca. Luego Gallegos tiene planes de llevarla en una gira por todo el país.