Alrededor de 300 personas llegaron la noche del martes al Colegio Alemán, en Cumbayá, para ver el estreno nacional de la Cantata Nº 4 de Johann Sebastian Bach.
Durante hora y media, el público se deleitó con el concierto, en el cual participaron la Orquesta de Cámara Quito, el coro del Colegio Alemán y solistas de la Fundación Orquesta Sinfónica Juvenil del Ecuador. Todos, bajo la dirección de Gustavo Lovato.
Esta noche, la cantata ‘Cristo yace en la cruz de los lamentos’ volverá a escucharse en la Casa de la Música. El concierto será a las 20:00, en la calle Valderrama s/n y Mariana de Jesús. Costo de la entrada, USD 10.
El acto se inició a las 19:45, una vez que los 10 integrantes de la Orquesta y su director ingresaran al escenario. La Suite Orquestal Nº 3, BWV 1068, una de las piezas más populares del compositor alemán (1685-1750) fue la primera en sonar.
Julia Panchana, una de las asistentes, desde la octava fila del auditorio cerraba sus ojos al oír la obra. “Me fascina la música de Bach. La suite orquestal es dulce, me gusta la melodía”, dijo después de su interpretación.
Los primeros aplausos llegaron seis minutos después. Entonces, el pianista Daniel Brito entró al escenario y junto con la orquesta tocó el Concierto para piano en Re menor, BWV 1052, que gustó a los asistentes.
Tras un receso de 15 minutos, a las 20:53, 69 coristas del Colegio Alemán aparecieron con la orquesta. En primera fila, el tenor David Fruci, la soprano Ma. José Fabara, la contralto Ma. Fernanda Argoti y el bajo Pablo Alvarado participaron en ‘Cristo yace en la cruz de los lamentos’.
La obra es una melodía escrita por Martín Lutero, en el siglo XII. Era cantada en los servicios religiosos de Domingo de Pascua.
En el Verso I participaron el coro y la orquesta. En el segundo, Fabara y Argoti, quienes deleitaron con sus voces. Luego fue el turno de Fruci; en el cuarto, el coro y la orquesta volvieron a cantar juntos. En el quinto, Alvarado mostró su talento, al igual que Fabara y Fruci en el sexto verso. Finalmente, el coro cerró el concierto con el séptimo verso, en medio de los aplausos.
Johannes-Dering, su director, también subió al escenario para sumarse a la aclamación. Eran las 21:20. Tras bastidores, Lovato lucía emocionado. Dijo que fue un reto estrenar la cantata. “Las obras de Bach son de alto calibre, requieren mucha concentración. Estoy satisfecho”.