Desde España, Ricardo Piglia recuerda que el día en que el escritor Witold Gombrowicz se iba de Buenos Aires en 1961, luego de una larga permanencia en esta ciudad, gritó“¡Maten a Borges!”, cuando el barco zarpaba.
Ayer, en Buenos Aires se recordó el fallecimiento Jorge Luis Borges, del mayor escritor argentino de todos los tiempos. Al pie de La Torre de Babel (30 000 libros), una instalación de Marta Minujín, que está inspirada en La Biblioteca de Babel, del escritor.
Jorge D’ Elías, Julieta Cardinale, Betty Elizalde, todos actores, leyeron unos cuantos poemas, además de la presentación de cuartetos de tango que recrearon la Milonga de Jacinto Chiclana.
Fue todo lo que ofreció esta ciudad, una de las 40 del mundo que ayer se dedicaron a rendirle homenaje. “Hubiera sido bueno que se lo festeje desde otros estamentos del Estado”, dijo a este Diario Hernán Lombardi, secretario de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. “Para nosotros es un escritor fundamental, que merece todos nuestros homenajes porque también supo describir lo que somos. Y nada mejor que en esta Torre de Babel que es un homenaje a él”. Ante poco más de 500 personas, a Mike Amigorena, uno de los actores más importantes de la actualidad argentina, se le quebraba la voz y derramaba lágrimas cuando leyó‘Los justos’.
“Todo es muy fuerte en Borges. Si no lo sentís es porque estás negando la miseria que tenés. Es imposible que no te atraviese”, dijo Amigorena a este Diario luego de su lectura. Betty Elizalde confiesa, en cambio, que nunca ha sido una fanática profunda de Borges, que sus preferencias literarias son otras, porque “a ratos se me hace muy hermético. Pero no hay duda que tiene escritos impresionantes y para mí no es otra cosa que un orgullo leer sus poemas”.
Aunque pudiera decirse que la fecha pasó casi inadvertida… Quizá Borges tuvo razón cuando escribió: Buenos Aires “no nos une el amor sino el espanto / será por eso que la quiero tanto”.