Cuenta María Kodama que Jorge Luis Borges nunca dejó de corregir sus textos, aunque ya hubiesen sido publicados. Solo hay uno que no lo hizo. Durante un viaje a Estados Unidos, luego de despertarse, le dictó un poema denominado Elin Traum. El protagonista de ese poema es Franz Kafka.
A ella le llamaba la atención que no lo hiciera luego de que fuera editado dos veces. Y se lo preguntó. La respuesta de Borges fue contundente: “Ah, no puedo, porque ese poema no es mío. Ese poema me lo dictó Kafka en un sueño. No lo puedo tocar”.Por esa extraña relación del poeta argentino con el escritor checo es que en Buenos Aires se llevará a cabo, desde hoy hasta el 30 de abril, la II Bienal Borges-Kafka / Buenos Aires-Praga. La anterior se había realizado dos años antes en esa ciudad checa.
Organizado por la Fundación Internacional Jorge Luis Borges y la Sociedad y Centro Franz Kafka de Praga, será una jornada de estudio, análisis y debate.
“Pero también se trata de que haya un acercamiento de todos, incluso de aquellos no iniciados, a la obra de estos dos grandes escritores del mundo”, dijo el ministro de Cultura de Buenos Aires, Hernán Lombardi.
Para ello, se promete algo que será lo más atractivo del evento: una instalación cibernética del ‘Libro de Arena’, que realizó el artista plástico Mariano Sardón y el estreno mundial del corto ‘Viajes de varones prudentes’, en el que se cuenta la vida de ambos escritores, realizado por Mariela Yeregui y F. Mocchetti.
El simposio, que durará dos días (20 y 21 de abril) incluye a escritores checos como Petr Brod, periodista, corresponsal de prensa extranjero e investigador; Josef Cermák, principal experto checo en Kafka, y Milo Havelka, filósofo y sociólogo, profesor en la Universidad Carollina de Praga.
Del lado argentino participarán Horacio González, director de la Biblioteca Nacional, cargo que también ocupó Borges, Miguel Leivi, psicólogo que abordará desde lo lacaniano la obra de ambos autores, entre otros.
“Esta Bienal es de una enorme importancia porque se trata de dos voces importantes de la literatura del mundo. Borges estaría muy contento, porque justamente está de acuerdo con lo que deseaba para la humanidad: la expectativa de la convivencia”, dijo María Kodama, la viuda de Borges y Presidenta de su fundación.
Seguramente estos dos escritores habrían sido amigos. No lo fueron, pero el argentino profesó un profundo amor por su obra. Si bien Borges aprendió el alemán para leer a Arthur Schopenhauer, su conocimiento de esa lengua le permitió introducir a España a los expresionistas alemanes y tradujo y prologó ‘La Metamorfosis’, la novela emblemática de Kafka, quien escribió en alemán.