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En el ‘backstage’ del bar El Pobre Diablo, Alejandra Bayas, cantante y pianista ecuatoriana, ensayaba una canción al ritmo de una maraca. La acompañaba Carlos Grijalva, músico ecuatoriano, con la flauta. Al unísono cantaban en portugués.
“Estoy nerviosa”, dijo Alejandra. Eran las 21:30. Media hora después, ella y tres músicos más con batería, contrabajo y guitarra subirían al escenario.
Bayas tiene 27 años. Empezó sus estudios de piano clásico a los cuatro. Durante su niñez grabó varios discos de pop con conocidos cantantes ecuatorianos como Ricardo Williams , Ricardo Perotti y Christian Mejía (La Grupa).
A los 18 años descubrió el jazz. “Nunca más lo dejé. El jazz me hace sentir muy libre. Me gusta mucho el tema de la improvisación. Vengo de una escuela clásica donde todo está pautado y es más estructurado. Lanzarte al jazz es otra cosa”, dijo.
El jazz que esta pianista tiene en su repertorio “no es un jazz ‘raro’, es digerible y fácil de escuchar. Raro como un jazz más moderno, más libre, son canciones que tienen letra, tienen una forma más definida. Quizá la parte más difícil es la improvisación, que es el centro del jazz”, añadió.
En el ‘backstage’ había más gente. El dueño del bar fumaba un cigarrillo. Los músicos afinaban sus instrumentos o leían la partitura.
Pasaban los minutos y la pianista empezaba a mostrar síntomas de nervios y ansias. Caminaba de lado a lado, sostenía una hoja de papel y calentaba su voz entonando una canción en inglés. Movía la cabeza y los hombros.
En 1998 Bayas lanzó ‘Daydream’, su primer disco como solista. En él hay temas de jazz clásico, de compositores como Thelonious Monk, Duke Ellington, Bud Powell, entre otros.
Los arreglos de los temas fueron hechos por Alejandra, a excepción de un par que fueron hechos por Adrián Iaies, pianista y compositor argentino.
“Las canciones del disco son baladas. No hay muchas canciones rápidas y tienen mucho de clásico. Toda mi vida estudié piano y música clásica; y en el momento de hacer los arreglos, incluí mucho de eso, inconscientemente.
Unos minutos después el dueño del lugar anunció a Bayas. Subió sola al escenario. Sin la compañía de los otros músicos, Alejandra tocó el piano y cantó un tema en inglés. Después la acompañó el resto de la banda.
Segunda y tercera canciones. A la cuarta, Bayas pidió la ayuda del público. “Chasqueen los dedos por favor. El que haya tomado absténgase de hacerlo”, dijo riendo.
Su reportorio fue variado. Canciones en inglés, en español y portugués. Jazz, blues y bossanova. “En mis shows siempre incluyo canciones bossanova, me encanta cantarlo, me fascina. Aunque no lo incluí en mi disco”.
La meta de Bayas es estar siempre en el escenario. “Es algo que me apasiona. Quiero poder vivir de la música”, concluyó.