En la antigüedad, los gentiles solían hacer ofrendas a sus divinidades para agradecer por los favores recibidos. Llamadas ‘ex votos’, estas ofrendas se depositaban en santuarios o lugares de culto. Siguiendo esta tradición, desde hace más de un mes, La Naranjilla Mecánica se convirtió en el lugar donde 25 artistas han reunido varias obras para agradecer por todo lo recibido en su vida ¿Favores? Tal vez… Pero ellos prefieren llamarlos “experiencias”.
Es así que ellos bautizaron como ‘Sex Votos’ a una muestra, organizada por el colectivo Trans-Aparente, en la que quieren hacer una ofrenda artística a todos esos cuerpos que alguna vez besaron, amaron o simplemente disfrutaron.
En el caso de María Inés Armesto, quien participa con ‘Sexxxvoto al ángel de la guarda’, con su obra quiere agradecer al placer “venga en la cara que venga”. “Para mí, Sex Votos significó no solo la vía para expresar mi agradecimiento a todas las relaciones vividas, sino que también fue una oportunidad para reflexionar y buscar en mi interior todo aquello que me había hecho placentera la vida”, comenta Armesto.
Más allá de pensar que las obras de esta exposición intenten ironizar la vida sexual, para la artista Karen Solórzano ‘Sex Votos’ significa “plantearse que el discurso sobre la sexualidad podía hacerse más allá de la obra de arte”. Es por eso que para Solórzano lo que importa son los diálogos que se producen entre la gente a partir de las obras, más que estas en sí.
La utilización de distintos materiales y la diversificación de técnicas artísticas son una característica que atraviesa cada una de las obras de ‘Sex Votos’. Unas en madera, otras con papel, en cada una de ellas la intencionalidad sexual no es su único propósito. Como señala Marcelo Aguirre, director de Arte Actual de la Flacso, en esta muestra la irreverencia se entremezcla con esa visión crítica del artista hacia la censura de vivir la sexualidad que está presente en la sociedad ecuatoriana. “El sexo siempre ha sido un tema tabú en una sociedad como la nuestra, incluso a nivel de pareja”.
Ya en una de sus intervenciones, Pablo Picasso decía: “el arte no es casto, debería prohibírselo a los ignorantes inocentes; no poner jamás en contacto con él a quienes no están suficientemente preparados. Sí, el arte es peligroso. Si es casto, no es arte”. Y es que una de las particularidades coyunturales de ‘Sex Votos’ es que salió a la luz mientras se planteaba la ‘censura previa’ en el Salón de Julio, en Guayaquil.
“Cuando se había planteado la censura del Salón de Julio, nosotros ya estábamos en la selección de las obras de la muestra. Era como: uy, nosotros estamos abriendo el salón de sexo explícito mientras que en Guayaquil se oponen a esto por cuidado de los niños”, comenta María Isolda Vinueza, mentalizadora de la muestra. “Es por eso que La Naranjilla Mecánica nos pareció el lugar más adecuado porque a este lugar frecuenta un público sobre la mayoría de edad”, añade.
Junto a la exposición de las obras, ‘Sex Votos’ propone también espacios para conversar sobre arte y sexualidad mediante talleres, que se organizan en el Centro de Arte Contemporáneo, y presentaciones y conversatorios que se han desarrollado en el lugar de exhibición. “Se necesitan espacios para poder reflexionar, pensar y decir sobre sexualidad”, enfatiza Vinueza.
De esta manera, ‘Sex Votos’ abre un espacio para la reflexión sobre la sexualidad y su repercusión en el arte. No es una propuesta nueva, porque la sexualidad en el arte ha estado presente desde la antigüedad. Más bien, y como señala Aguirre, es una exposición que trae a colación el tema de la sexualidad en una ciudad donde poco se habla sobre el tema.
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Más sobre ‘Sex Votos’
Abierta hasta el 17 de agosto, en La Naranjilla Mecánica (Tamayo N22-43 y Veintimilla).
25 artistas participan de esta muestra. El colectivo Trans-Aparente es el organizador.
Como parte de la exhibición los asistentes al lugar pueden elegir su ‘Sex Voto’ favorito, que será premiado una vez terminada la exposición.
Además los visitantes tienen la oportunidad de escribir su ‘Sex Voto’ para compartirlo con los artistas y el público.
Este proyecto lo auspician el Ministerio de Cultura, la OPS, La Naranjilla Mecánica y Centro de Arte Contemporáneo de Quito.