‘Es tiempo de repensarnos a nosotros mismos”. A manera de moraleja, esta frase que apareció en la pantalla del teatro, reproducida de un computador, quedó flotando en el ambiente. Minutos antes cayó el telón del montaje videoescénico titulado ‘Abre tus ojos’.
La propuesta que el colectivo Ideando presentó en Ibarra la semana pasada fue un juego de imágenes. Una fusión entre el video y la danza contemporánea, la música electrónica, la pintura sobre un cuerpo humano y la poesía. Inmediatamente, los asistentes al espectáculo se conectaron con la idea y respondieron con fuertes aplausos.
El hilo conductor del montaje fue una reflexión sobre el efecto que producen en la sociedad los medios de comunicación, desde la televisión a la Internet. Una sociedad que pasó de ser simple consumidora de los medios a ser la protagonista de los ‘reality shows’; una sociedad que se articula a través de comunidades virtuales cimentadas en el ciberespacio.
De ese espacio al cual todos quieren subir información, fotografías o videos en busca de protagonismo social habla Ideando, según cuenta Miguel Ángel Verdugo, responsable del videoarte. Este publicista de profesión ofreció una serie de imágenes de musicales, de la vida cotidiana y de juegos de colores. No faltaron los logotipos de Hollywood, símbolo de la globalización.
Esas escenas, acompañadas de los ritmos electrónicos recordaban el bombardeo publicitario que realiza la televisión. Luego Christian Hualpa saltó al escenario. Ocupó un lugar entre el público y la pantalla con el fin de humanizar las imágenes de video.
De pronto, los íconos de la computadora parecían cobrar vida y danzaban al ritmo de la música. Entre tanto, Gabriela Ponce, que parecía un personaje más de la proyección, compartió su poesía. Una poesía que hablaba de la libertad y las ataduras que representan las letras, las palabras y el lenguaje. Sentada en el suelo, Ponce hizo un juego de palabras y luego se retiró del escenario. Pero su voz y su rostro seguían presentes en la pantalla, proyectadas por un video. Pasaban de lo real a lo virtual. John Jota Benítez también alternó con poemas y pinturas proyectadas sobre el escenario.
De pronto la imagen de un hombre con manos y cuerpo blancos, sobre un fondo negro, danzaba. Era Hualpa, que aprovechando una ilusión óptica hacía pensar a los espectadores que las manos se le desprendían. Era una imagen que buscaba nuevamente la relación entre lo virtual y lo real, en una suerte de magia.
También hubo un desfile de rostros y frases manuscritas proyectados sobre la pantalla. Enunciados como: “No me gusta hablar de mí. Tengo demasiadas manías. Suelo arrepentirme…” llamaban la atención del público.
Y de cuando en cuando, la Internet se tomaba el escenario. Dominaba la pantalla y valiéndose de las diferentes aplicaciones de la Web 2.0. demostraba cómo los términos wiki, blog, chat, etc. se han vuelto comunes. Los pensamientos y las imágenes parecían nacer de las máquinas, independientemente de los cibernautas.
En esa dinámica surgían interrogantes a partir de un juego semántico de palabras y frases: La Internet nos une; La Internet nos desune; Hay que repensar las cosas; Hay que repensarnos a nosotros mismos….
Según Gabriela Ponce, de ninguna manera se busca influir en el pensamiento de los espectadores. “Solamente se compartió elementos que plantean la necesidad de humanizar esta tecnología, que más que unirnos nos ha alejado”, dice. Dentro de ese esquema la propuesta de repensarnos toma fuerza.
Este es el segundo trabajo de los cuatro integrantes del colectivo Ideando, creado a mediados de este año. El primero fue un cortometraje titulado La Luterana, sobre una leyenda ibarreña.
Para el próximo año, estos artistas imbabureños tienen planificado un recorrido por el país.