Por segundo año consecutivo se realizó el encuentro cultural Cuarto Aparte. El evento se desarrolló de forma paralela a la Bienal Internacional de Cuenca, desde el 9 de noviembre hasta ayer.
Según Juan Pablo Ordóñez, miembro del equipo organizador y ganador de la VII edición de la Bienal de Cuenca, Cuarto Aparte nació hace dos años como un espacio alternativo a la Bienal. Ordóñez dice que la idea de este encuentro cultural surgió al observar que las salas de exposición de la Bienal se cerraban a las 18:00 y que solo acogía propuestas artísticas concebidas bajo su criterio.
Es decir, Cuarto Aparte es un espacio para mostrar el arte de diferentes ciudades del país y del mundo que no tienen cabida en espacios oficiales. Además, presentar propuestas alternativas en la noche que concite el interés de críticos, curadores y artistas.
En esta ocasión, el espacio presentó siete segmentos de programación con propuestas artísticas de Ecuador, Perú, Brasil, Colombia, Venezuela, Centroamérica y Estados Unidos.
En el centro de estudio artístico Sono, ubicado en el Centro Histórico de Cuenca, 80 artistas presentaron trabajos de instalación urbana, pintura, video, performance, fotografías… En este sitio independiente que funciona en una casa patrimonial amplia, un grupo de creadores de Brasil y Ecuador presentaron el proyecto Huasipichay.
El curador brasileño Leopoldo Ponce dice que a través de su amistad con Juan Pablo Ordóñez y el artista quiteño Paúl Rosero conoció Cuarto Aparte. De esta forma nació Huasipichay, que representa un encuentro de gente, una propuesta común. Ponce mostró la obra Cartas a un futuro incierto, trabajada con papelería, con la que hace un registro de lo que ocurre en diferentes lugares y se transporta para llegar a Brasil.
La artista cuencana María José Machado exhibió su trabajo denominado Diario Íntimo 2011. Ella guardó los paños faciales con los que limpia su rostro y en base a estos materiales creó una habitación y cubrió una cama. Machado hace alusión con su obra a los diarios que las personas realizan y en esta ocasión trabajó un diario escrito con su cuerpo. Ella representó las cosas vividas durante un año y la intimidad de la mujer, de allí que utilizó unos tapices que muestran vaginas.
El artista ecuatoriano Paúl Rosero participó en proyecto Huasipichay, además es parte de la Bienal Internacional de Cuenca con la obra Cuando tú te hayas ido. Por la que recibió el Premio París. Entre las propuestas de los artistas ecuatorianos también estuvo el trabajo de los quiteños Edison Vaca y Adrián Balseca con su obra Archivo Móvil. Ellos cuentan que hace un año nació su proyecto en el barrio La Floresta de la capital. Vaca dice que con una suerte de carro móvil recorrieron La Floresta con el objetivo de hacer una memoria de lo que ocurre en ese barrio. Investigación que les ha permitido conocer las necesidades de este lugar, sus tradiciones, quiénes son sus habitantes, sus edificaciones históricas… todo eso lo muestran en fotos y videos.
Fanzinoteka fue uno de los proyectos que mayor interés concitó del público. Esta es una propuesta del colectivo Dogma Central de los ambateños José Guerrero, Tania Navarrete y Diego Lara. El proyecto comprende enseñar a hacer sus propias publicaciones en base a recortes de revistas, periódicos y fotocopias. En esta ocasión armaron un folleto de lo que pasa en la urbe cuencana , durante los días de la Bienal.
Cuarto Aparte también presentó un performance innovador de la artista colombiana Nadia Granados: vía Skype se movía con erotismo, a lo que contrapuso un texto en el que reflexiona sobre la crisis política que vive la región.