No se trata de un lanzamiento editorial reciente, pues se publicó en el 2009. Pero lo que ha perdido de novedad lo ha ganado en certeza y legitimidad. Se trata de ‘El desajuste del mundo’, del escritor libanés, residente en Francia, Amín Maalouf.
En la solapa ya se lee: ‘Cuando nuestras civilizaciones se agotan’; pero Maalouf no es un profeta del apocalipsis, es un escritor dado a las cavilaciones sobre el devenir del mundo y su configuración contemporánea, y que avizora una sociedad universal.
El autor asume que al entrar en el siglo XXI todos los pueblos de la Tierra están metidos en una pérdida de valores éticos y la ausencia de un referente cultural válido. Habla de los abismos entre Occidente y Oriente, retoma enfrentamientos y procesos aparecidos a mediados del siglo pasado y presenta apuntes de la historia de las ideas para sentar un contexto.
En ‘El desajuste del mundo’, la geopolítica se rinde ante la cultura, que -según Maalouf- debe ser el centro de la escala de valores de la humanidad y el camino de supervivencia. Su pensamiento deviene hacia el respeto de las diversidades culturales, conocer la cultura de los demás, para que, justamente, dejen de ser ‘los demás’, para cualquier bando.
Además Maalouf, con lucidez desarrolla argumentos en contra de los nacionalismos. Para él, las identidades no se hacen del lugar de proveniencia, sino de las experiencias que han formado a la persona. Y Maalouf puede hablar en primera persona. Libanés, exiliado en París , el autor se refiere a la migraciones y a una integración cultural cada vez mayor.
Desde ahí lanza lecturas sobre Oriente, donde halla un complejo tras el ascenso del Islam como mecanismo político. Mientras que la crítica a Occidente apunta a EE.UU., que al erigirse como potencia única, puso su legitimidad en un callejón sin salida.
Acercarse a este libro en estos días, cuando desde el 2009 ya se ha movido la sociedad, se han levantado los ‘indignados’, se ha pateado el tablero de los regímenes de Oriente Medio, se ha ocupado Wall Street y muchos han gritado ¡reacciona!, resulta en una forma de (re)pensar críticamente la andadura de la sociedad y abrirse a nuevos saberes culturales.