Eran casi las cuatro de la tarde del miércoles 28 de septiembre. Mientras Gustavo Lovato, con su flauta, y Álex Alarcón, al piano, ensayaban la obra ‘Diálogos’, sentado en una silla de ruedas, con una ligera sonrisa en su rostro, un hombre se encontraba escuchando la interpretación de los dos músicos. De vez en cuando, el hombre en la silla decía cosas como: “Un poco más de fuerza, como si la nota dijera: yo estoy aquí”.
Era el maestro Gerardo Guevara, quien al pie del escenario de la sala de conciertos de la Casa de la Música escuchaba esa pieza que había compuesto hace más de 20 años. “Ella (Diálogos) es eso mismo: un diálogo”, comenta el compositor que esta noche, en la misma sala, recibirá un homenaje por sus 81 años de vida.
[[OBJECT]]
Acercarse para hablar con el maestro Guevara (Quito, 23 septiembre de 1930) es entrar en contacto con parte de la historia musical del Ecuador. Y es que todo aquel vinculado a la música se acuerda de él; es el caso de Lovato, que sabe de esa imagen ya mítica de aquel que recorría los pasillos del Conservatorio Nacional de Música, cuando este se ubicaba en el centro de Quito, acompañando a su padre en las labores de limpieza y que, años más tarde, entraría a la misma institución para dedicarse a estudiar composición. De aquellos años, hacia los 40 del siglo pasado, Guevara señala que la música ocupaba, si no todo, un gran espacio en su vida.
Es por ello que al preguntarle sobre cuándo fue su primer encuentro con la música él dice: “Yo nací en la música así que yo no tengo la idea de primeros encuentros porque fue un hecho cotidiano”.
Esa cotidianidad con las partituras musicales fueron las que llevaron al compositor quiteño a participar, en 1950, en el concurso promovido por los 50 años del Conservatorio, obteniendo el primer premio en composición.
“En esos años ya se conocía de él”, comenta el luthier ecuatoriano Luis Verdugo, quien lleva una amistad de más de 50 años con Guevara. “Desde entonces sabíamos que iba a ser bueno en su carrera, no solo por su capacidad sino por su gran corazón”, añade Verdugo, quien en esa misma tarde del miércoles se encontraba entusiasta de mostrar al maestro Guevara su trabajo de afinación del piano de la Casa de la Música.
La pasión por estudiar la música académica ecuatoriana y de fusionarla con los sonidos del folclor nacional fueron los elementos que permitieron a Guevara el ser acreedor, en 1959, de una beca de la Unesco para estudiar composición con la famosa Nadia Boulanger en la École Normale de Musique de París, donde se obtuvo el título Director de Orquesta.
De su estancia en París, Guevara recuerda que nunca se sintió un parisino. “Siempre fui un quiteño en París, nunca me dejé llevar por ella”. Es así que tras 13 años de vivir allí, regresó en 1972 con todo un bagaje musical que lo llevó a fundar el Coro de la Universidad Central. Un año más tarde llegó a ser uno de los fundadores, además de su presidente, de la Sayce (Sociedad de Autores y Compositores Ecuatorianos). Troy Alvarado, presidente actual de la Sayce, señala que Guevara “no deja de mantener una activa participación por los derechos de los compositores ecuatorianos”.
A la ya intensa actividad de Guevara en los primeros años de la década del 70 se suma la de Director Titular de la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador, cargo que ocupó entre 1974-75 convirtiéndolo, según Héctor Villacís (director de Relaciones Públicas de la OSNE), en el primer director ecuatoriano en ese puesto.
En 1980 llega a ocupar un cargo muy significativo en su vida: el de Director del Conservatorio Nacional de Música. Con él al frente de la institución se creó la cátedra de Historia de la Música Ecuatoriana, un espacio académico sobresaliente en la vida de Guevara; “ya que he podido armar una historia que antes no era enseñada en el aula”, afirma.
En estos años, Guevara lleva una vida más tranquila. Prefiere acercarse más a los jóvenes músicos que, como Alarcón, ven en él al referente más destacado del nacionalismo musical.
Sobre el concierto
La cita es hoy, a las 20:00, en la Casa de la Música (Valderrama y Mariana de Jesús). Valor USD 8.
Participan Álex Alarcón (piano), Eduardo Florencia (piano) María Jaramillo (soprano), Galo Cárdenas (barítono), Gustavo Lovato (flauta) y los coros Ciudad de Quito, De Cámara Voces y el Coro Gerardo Guevara. Interpretarán 29 obras.