Hace 15 años que el aprendiz de mago Harry Potter apareció por primera vez en las librerías británicas, marcando el inicio de en éxito mundial. Pero antes, el manuscrito de J.K. Rowling había sido rechazado por varias editoriales. Hasta que Barry Cunningham, de Bloomsbury Publishing, reconoció enseguida el potencial.
Cuando leyó el manuscrito de ‘Harry Potter y la piedra filosofal’, Cunningham cuenta que lo compró inmediatamente porque no tenía ninguna duda de que a los niños les iba a encantar. “Lo que realmente me atrajo fueron las amistades de la historia y la forma en que se apoyaban unos a otros”.
Sin embargo, le hizo esta advertencia Rowling: “nunca harás dinero con libros para niños, necesitas tener otro trabajo aparte”. Lo que más me enorgullece es que cuando editamos Harry Potter lo daban por muerto, porque los jóvenes leían como mucho la carátula de un videojuego. Un par de años después, esos muchachos se peleaban por conseguir un nuevo libro”.