Es la sala 101 y está ubicada en el café galería Fulano, en el sector El Vado, en el centro de Cuenca. Allí se exhibe la muestra de 10 artistas que crearon inspirados en la frase “2+2>5”, que consta en el libro ‘1984’ de George Orwell.
Saidel Brito, Ricardo Coello, Fernando Falconí, Janneth Méndez, Roberto Noboa, Juan Pablo Ordóñez, Manuela Ribadeneira, Sara Roitman, Stéfano Rubira y Qué Zhinín recrearon en el Fulano a la sala 101, que es el escenario principal del libro de Orwell.
En la obra del británico, la sala 101 era un lugar donde el amor, el sexo y el pensamiento estaban prohibidos, lo que predominaba era la opresión, el autoritarismo, la mentira y el poder abusivo.
Según el curador de la muestra, Pablo Cardoso, la propuesta nació por un trabajo conjunto con su hijo Pablo Cardoso Mora. El objetivo fue que cada creador trabaje en base al libro de Orwell, con propuestas de formato pequeño y que a través de sus miradas perspicaces dialoguen con el libro y el público y, sobre todo, relacionarlo con la realidad actual.
Durante la inauguración de la muestra, la semana pasada, los murmullos se escuchaban en toda la sala. Espectadores y artistas observaban con detenimiento cada creación. La artista chilena-israelita Sara Roitman estaba ansiosa de saber cuál sería la reacción del público con su obra. Es una fotografía del Hospital de la Policía de Quito y lleva la frase “Tipejo, pedazo de majadero”.
Roitman dice que en los gobiernos de Latinoamérica hay niveles altos de represión. “La gente no puede hablar, tiene miedo”. Eso lo plasmó en su obra porque le pareció oportuno decir lo que pasó el 30 de septiembre. Ella hace una analogía con lo que ocurría en la sala 101, donde lavaban el cerebro a las personas.
En cambio, el artista urbano Qué Zhinín usó un papel que se adhiere con facilidad a la pared. Él creo un grafiti en el que muestra el cambio físico, matemático, masivo y el control mediático que ocurre a través de Internet. Según Zhinín, en la sala 101 hubo un control total de las personas y “el ecuatoriano está caminado a aquello, porque la tecnología hace que estemos alienados”.
Otra propuesta fue del guayaquileño Ricardo Coello, quien trabajó en base al control que existe en la relación familiar en la obra de Orwell. Eso le motivo para que el brazo de su madre sea una suerte de lienzo y pintar en él.
Coello dice que en ‘1984’ los hijos eran impulsados a que denuncien a sus padres y que estos últimos sean castigados si cometían algún error. Con un lapicero sin punta se dibujó en su niñez.
El artista guayaquileño Stéfano Rubira plasmó su pasión por el dibujo en la obra El Pensador. Según él, en ‘1984’ se ve una intromisión hasta en la manera de pensar, por ello evocó nuestra realidad a través de la figura de una persona que está bocabajo, pero tiene que pensar y no dejarse absorber por el poder.
Juan Pablo Ordóñez, por su parte hizo alusión al mandato de Febres Cordero y creó una especie de calendario con la foto del ex Mandatario en él.
Para la curadora de la Bienal de Cuenca, Katya Cazar, todo ser humano es un ser político. Ella dice que hay que recordar que los artistas a lo largo de la historia han sido un eje fundamental para los cambios sociales y que han tenido injerencia política.
Cazar señala que en el Ecuador no es habitual que los artistas se involucren en la política, pero esta muestra refleja la realidad política que vive el país y cuál es la posición de los artistas.
Al artista Pablo Cardoso Mora, dueño del café-galería Fulano, le pareció interesente basarse en el libro de Orwell, “porque los artistas representan la identidad de un pueblo y a través del arte también se comunica lo que ocurre en una sociedad oprimida”.
La muestra estará abierta durante dos meses, de lunes a sábado, desde las 17:00.
Pablo Cardoso Mora es uno de los mentalizadores de este proyecto.
Pablo Cardoso es el curador de esta exposición que reflexiona sobre la política.
Stéfano Rubira expone El Pensador, un dibujo sobre la intromisión en el pensamiento.
Ricardo Coello plasmó Dermografismo en base al control en las relaciones familiares.
Sara Roitman creó una obra vinculada a los hechos al 30 de septiembre, en Quito.
Qué Zhinín elaboró un grafiti que lleva como título Proletariado sobre el control mediático.