Las réplicas se exhiben en el Museo Mindalae, de lunes a sábado. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO
Cuando Ángel Quijije habla de Manabí se emociona: mueve los ojos y manos de un lado al otro. Esos movimientos cobran fuerza cuando recuerda el oficio al que se dedicó su abuelo, el mismo que ahora le permite mantener a su familia.
Don Jacobo era artesano y al él, precisamente, se le ocurrió hacer réplicas de las piezas arqueológicas que encontraba mientras excavaba tumbas.
Cuando se iniciaron en el oficio de ceramistas las réplicas medían cinco centímetros, ahora hay piezas que tienen dos y hasta tres metros.
Ángel, de la parroquia La Pila, elabora las réplicas junto a dos amigos y familiares. Algunos de esos trabajos recorren el mundo. Otros, en cambio, llegan a Quito para ser distribuidos entre los amantes de la cultura local.
El pasado jueves, precisamente, Ángel, Pedro Rivera y Ángel Bailón llegaron al Museo Etnohistórico de Artesanías del Ecuador Mindalae portando 10 réplicas de los productos elaborados en la antigüedad por los manteños y por los integrantes de la Cultura Jama Coaque.
Una de las piezas que más llamó la atención fue un chamán. Ángel contó que fue elaborado a mano y que les tomó un día en terminarlo. También hay piezas que se realizan con moldes, pero según Bailón, el objetivo es elaborar obras que llamen la atención para venderlas con facilidad.
Los tres ceramistas confiesan que la falta de compradores ha mermado la producción y que temen que por la necesidad de obtener recursos económicos para mantener a sus familiares dejen de lado la tradición y opten por otros oficios. “La venta se complica. Queremos más incentivos del Gobierno para exponer nuestras artesanías”, dijo Rivera.
Bailón cuenta que en su taller recibe a estudiantes que quieren aprender de la cultura y del oficio pero que “se cansan pronto y se van”. De allí la necesidad de “buscar la forma para que nuestro trabajo perdure por más tiempo”.
Las piezas elaboradas por los ceramistas de La Pila llegan al Museo Mindalae a través de la Fundación Sinchi Sacha, comprometida con la difusión de la cultura manabita, según Juan Martínez, director del Museo.
Según él, Manabí posee el ADN de la cultura del país y por esa razón los artesanos requieren de apoyo para que puedan continuar en el oficio. Y para promocionar sus obras, precisamente, se creó una sala permanente dedicada a esa provincia, devastada tras el terremoto del pasado 16 de abril.
El Museo recibe al público de lunes a sábado, de 09:00 a 18:00. El costo de las réplicas varía y depende del tamaño y tipo de acabado. El costo mínimo es de USD 20.
Obras
Las más elaboradas cuestan USD 100-200.
Proceso
Están elaboradas con un barro especial.
Sustento
Los ceramistas se dedican 100% a ese trabajo.
Viaje
Cada 15 días llegan a Quito con nuevas piezas.