Poca cultura

El novelero Ministerio de Cultura, cuyas funciones debían ser responsabilidad de la Casa de la Cultura, ha ido de mal en peor.  Los primeros nombramientos de este Régimen, sin la menor duda, adolecieron de infantilismo al pensar que por ser artistas o cuasi artistas sabían cómo promover, divulgar y desarrollar los ámbitos de la cultura en el país. 

De allí se ha pasado a la incultura, poca educación, ninguna preparación y dudosa experiencia.  Asumir que el manejo de un programa radial, que no fue ni mucho menos ejemplo de cultura, sea experiencia suficiente para manejar un Ministerio con cerca de ochocientos burócratas, que solo Dios sabe lo que hacen, es pedir peras al olmo. 

La falta de cultura, no se diga la poca educación demostrada en sus bravatas y desaguisados en la Asamblea no presagian nada bueno para el Ministerio. Parecería que el reciente nombramiento es un pago a la lealtad del nombrado más que a sus dotes para el manejo de la cosa pública, el tiempo nos dirá.  La Casa de la Cultura, brillante creación de Carrión, debía  encargarse de todos los aspectos culturales del país.

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