En el spa Novaqua, ubicado en la parroquia Baños, se oferta una terapia acuática. Asisten personas en tratamiento médico. Foto: Xavier Caivinagua / EL COMERCIO
Después de tomar un baño de cajón en el interior de una cueva, pasan por las termas de agua fría y caliente, para luego recibir un masaje. Esa es la ruta de un grupo de australianos y estadounidenses que además disfrutan del paisaje de la parroquia de Baños, a 8 kilómetros de Cuenca.
Esta es una zona preferida por sus aguas termales y sus beneficios terapéuticos. El estadounidense Patrick Mahoney lideró ese grupo. En los cinco meses que estuvo en la ciudad acudía una o dos veces por mes para un masaje corporal, que lo combinaba con terapias de yoga.
Los paquetes turísticos saludables son una nueva propuesta de los balnearios cuencanos. No solo ofrecen un espacio de distracción sino también programas diarios o por temporadas para tratar el estrés, dolores musculares, recuperación de cirugías y otras enfermedades. Cuestan entre USD 30 el básico hasta los USD 100 para una pareja.
Esta oferta se complementa con la infraestructura y equipamiento de las clínicas y hospitales de Cuenca. También con los médicos especializados y un sistema de salud que fue reconocido por la Organización Panamericana de la Salud en el 2007. Esta declaró a la capital azuaya como una Ciudad Saludable.
Cuatro años más tarde, el Ministerio de Turismo inició un plan piloto con el que integró a cinco clínicas y hospitales privados, agencias de viajes, spa y hoteles para crear un circuito de turismo de salud.
Ahora está consolidado y llegan pacientes de Tungurahua, Cañar, El Oro, Loja, Los Ríos, Zamora Chinchipe, Morona Santiago, e incluso del norte de Perú, y hasta los estadounidenses y europeos que residen en la urbe.
Ellos se realizan tratamientos especializados, cirugías de alta complejidad y reciben atención en oncología, neumología, oftalmología, endocrinología y odontología.
Al orense Orlando Malaber le gusta la capital azuaya por su clima y atractivos. Él visita la ciudad cada seis o siete meses para tratarse de un problema de tiroides. Le acompaña su familia para asistir a su consulta y recorrer la urbe.
Su endocrinólogo, Jorge Reinoso, tiene pacientes del sur del Ecuador y del norte de Perú. Según él, programan sus citas y están en la ciudad uno o dos días. “Los costos de los tratamientos, intervenciones, pero principalmente hospitalización son más económicos que en otras ciudades”.
Ese tiempo de estadía aprovechan los pacientes para hacer turismo. La idea es pasar un día de relajamiento en espacios naturales como una caminata al Parque Nacional Cajas o recorrer uno de los cerros que rodean a Cuenca como el Guagualzhumi o la meseta de Pachamama. También visitan el spa.