Las actividades extracurriculares ayudan a desarrollar la creatividad

Las actividades extracurriculares, como la práctica de deportes o las clases de música, ayudan a los menores a desarrollar distintas capacidades. Foto: Jenny Navarro/ EL COMERCIO

Las actividades extracurriculares, como la práctica de deportes o las clases de música, ayudan a los menores a desarrollar distintas capacidades. Foto: Jenny Navarro/ EL COMERCIO

Las actividades extracurriculares, como la práctica de deportes o las clases de música, ayudan a los menores a desarrollar distintas capacidades. Foto: Jenny Navarro/ EL COMERCIO

Empezaron las clases y se abren todas las opciones de actividades extracurriculares. Muchas de éstas ofrecen alternativas para acompañar el aprendizaje en las aulas y otras por el contrario, fomentan a la práctica de deportes. Cada una ayuda a desarrollar una capacidad diferente en los pequeños, es por eso que es importante conocerlas antes de tomar una elección.

Para María Belén Alvarado, psicóloga educativa, no hay una actividad correcta o incorrecta, lo importante es tomar la decisión en base a los gustos y necesidades de cada niño. Debe ser algo con lo que esté contento y sin presiones.

Las extracurriculares están diseñadas para ser un espacio donde los menores puedan desarrollar diversas capacidades hacia las cuales muestran una predilección. Es por esto que, si por ejemplo, muestra una inclinación hacia la música, los padres deben fomentar en él algo relacionado a este ámbito.

Alvarado explica que el cerebro de un niño es como una esponja, donde empieza a absorber rápidamente todos los conocimientos. A través del hemisferio izquierdo, desarrolla todas las funciones relacionadas con la lógica por lo que esta parte abarca, principalmente, los conocimientos aprendidos dentro del aula de clases.

Por otro lado, el hemisferio derecho se desarrolla a través de las actividades extracurriculares ya que tiene que ver con la creatividad y todo lo que no es verbal.

Las actividades artísticas como la cerámica, el dibujo o la pintura son recomendadas para aquellos que necesiten reforzar la motricidad fina. El uso de las manos y los dedos para hacer figuras de plastilina ayuda a desarrollar éstas capacidades. Lo mismo ocurre en las actividades culinarias, cuando se utiliza la masa para preparar alimentos.

Por el contrario, la práctica de actividades deportivas permite reforzar la motricidad gruesa en los niños. Además, es recomendada para quienes son muy activos ya que es una forma de liberar toda la energía acumulada y de esta forma podrán poner más atención en clases.

Según la psicóloga es importante que puedan disfrutar de estas opciones ya que es una forma de dispersión fuera del aula de clases. Además, les permite adquirir habilidades para la auto regulación, esto quiere decir que pueda aprender a socializar con otros menores de su misma edad y a trabajar en grupo.

Es importante que la participación del menor sea voluntaria, ya que si es obligado por sus padres, en lugar de ser una ayuda, se convertirá en un problema. El niño no podrá liberar sus tensiones, y por el contrario, se generará un conflicto interno.

Alvarado recomienda que se empiece a fomentar estas actividades desde pre escolar, empezando con deportes, ballet o natación que son las más comunes. Desde la primaria, las opciones tienen un carácter más permanente ya que, muchas veces, realizan estas actividades a lo largo de toda la etapa escolar.

Aunque tienen un gran beneficio sobre el desarrollo y aprendizaje de cada niño, la psicóloga recomienda no abusar de éstas. Lo adecuado es destinar dos o tres días a la semana para la práctica de extracurriculares.

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