Los jóvenes kichwas toman la posta cultural en Cotacachi

El grupo Humazapas, integrado por jóvenes kichwas de Cotacachi, participan en varias celebraciones típicas.

El grupo Humazapas, integrado por jóvenes kichwas de Cotacachi, participan en varias celebraciones típicas.

El grupo Humazapas, integrado por jóvenes kichwas de Cotacachi, participan en varias celebraciones típicas. Foto: Archivo EL COMERCIO

Los vecinos de la comuna Turucu (sitio pantanoso, en español), en el cantón Cotacachi, Imbabura, designarán el próximo viernes 23 de junio de 2017 a sus capitanes para el festejo del Hatun Puncha, conocido también como el Día Grande.

Esta festividad andina coincide con el solsticio de verano, que ocurrió el pasado miércoles 21 de junio.  Los capitanes, como la mayoría de danzantes de esta parcialidad, visten zamarros, una especie de pantalones elaborado con piel de chivo o llama, camisa blanca y sombrero.

Estos personajes son los responsables de brindar seguridad a los hombres que danzan en grupos por las calles de la cabecera cantonal hasta arribar al Parque Matriz. Con las denominadas tomas de la plaza, previstas para el 24, 25, 29 y 30 de junio, las comunidades indígenas de Cotacachi agradecen a la Pacha Mama (madre tierra) y al Taita Inti (padre sol) por las cosechas.

De Turucu y las localidades vecinas Santa Bárbara y Topo se estima que saldrán entre 250 a 300 bailadores, explica Miguel Guandinango, presidente de la primera parcialidad. De los preparativos están al frente los jóvenes de Turucu, la mayoría son integrantes de Humazapas. Se trata un colectivo dedicado a la investigación de la música y danza indígena cotacacheña.

En el grupo hay chicos entre 14 y 26 años de edad, que estudian diferentes disciplinas. Una de las cosas que motiva a sus integrantes es que en las localidades indígenas de Cotacachi se consoliden proyectos culturales, explica Jesús Bonilla, integrante del colectivo.

“Las comunidades no deben ser vistas solo como un sitio donde viven los indígenas, sino como lugares en donde se producen cosas de calidad”. Ellos predican con el ejemplo. En mayo pasado, aprovecharon la celebración del aniversario número 79 de vida jurídica de la parcialidad Eloy Alfaro-Turucu para realizar el festival de música y danza Turuku, que congregó a 11 artistas y grupos musicales.

Entre otros estuvieron los conjuntos Aswa, Quirquinchos, Wiñay Kayambis, Peguche Wamprakunas... La propuesta tuvo una masiva acogida de vecinos y turistas nacionales y extranjeros.

Una de las actividades que sobresalió en la programación es el concurso de danzas autóctonas kichwas. Ese número se institucionalizó luego de que el colectivo Humazapas recuperó dos bailes ancestrales denominados yumbos y abagos. Esta propuesta les ha permitido recorrer escenarios de varias provincias del país.

En el certamen participaron siete grupos. La mayoría arribó de localidades vecinas y uno de la ciudad de Quito. Los participantes buscaron revitalizar la música, danza y costumbres que aún se conservan en cada comuna, explicó Alicia Guaján, presidenta de la Asamblea de Unidad Cantonal de Cotacachi y uno de los cuatro integrantes del jurado.

Quizá la presentación que más sorprendió estuvo a cargo de la delegación de Santa Bárbara. Los danzantes, la mayoría adultos, representaron las faenas de la cosecha de la quinua, una actividad cotidiana por estas parcelas.

“La obra de danza mostró la solidaridad, la convivencia en comunidad y otros valores importantes que aún se mantienen latentes entre los comuneros”, aseguró Guaján. Eso les adjudicó el primer lugar.

Con la celebración comunitaria también se reeditó el denominado baile de parejas, que se realiza en honor a la Virgen del Rosario, patrona del lugar. La tradición dicta que los hombres y mujeres kichwas, con su vestimenta tradicional y a ritmo de una banda de pueblo, bailen varios kilómetros, desde la ciudad de Cotacachi hasta la capilla de la comunidad de Turucu.

Mientras unos danzan, otros cargan en hombros la imagen de madera de la Virgen, que también usa un traje indígena.
Previamente, el comunero Guido Perugachi, que este año fue designado prioste, se encargó de trasladar la imagen de casa en casa de los vecinos.

Para Alfonso Morales, presidente de la Unión de Organizaciones Campesinas e Indígenas de Cotacachi, que aglutina a 43 comunas, lo importante de estas celebraciones es que la tradición va pasando a las nuevas generaciones.

Por lo pronto, los capitanes de las diversas parcialidades están socializando los resultados de las reuniones que tuvieron con el Consejo de Seguridad Cantonal. La idea es que la próxima celebración del Hatun Puncha se desarrolle en armonía y paz.

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