Coraza Ñan se asoció para fomentar el turismo rural

Se usó terro-cemento para Urku Wasi. Foto tomada del Facebook de Urku Wasi

Se usó terro-cemento para Urku Wasi. Foto tomada del Facebook de Urku Wasi

Se usó terro-cemento para Urku Wasi. Foto tomada del Facebook de Urku Wasi

El proyecto Coraza Ñan se inició hace más de 10 años, cuando los socios decidieron apostar por una visión de turismo comunitario. En el 2013 se legalizó la asociación y desde entonces los 12 integrantes han puesto a disposición del público los servicios que acercan la cultura ancestral a los turistas.

Los miembros son herederos de otavalos, kayambis y mestizos. Todos se han dedicado a adecuar tanto sus hogares como terrenos para ofrecer hospedaje, alimentación o actividades turísticas que se pueden conocer a través del portal 
http://asocoraza.wixsite.com.

La comunidad está asentada en la parroquia San Rafael de la Laguna en Imbabura en donde conviven otavalos, kayambis y mestizos. Germán Rivadeneira, presidente de la Asociación de Turismo Rural Coraza Ñan, cuenta que esta zona fue el primer asentamiento de los Otavalos. Hoy, además de honrar el lugar, Rivadeneira resalta que esta locación disfruta de una vista privilegiada porque se aprecia directamente el Lago San Pablo.

El nombre de la asociación responde a dos términos kichwas. Coraza se refiere a un cacique, ícono del pueblo otavalo de Imbabura y Ñan quiere decir sendero. Lo que se traduciría como los senderos del coraza.

Existe una variedad de actividades para conocer a los otavalos, se puede conocer más en asocoraza.wixsite.com. Tomado de asocoraza.wixsite.com

Las experiencias que se ofrecen a los turistas varían según los gustos de los visitantes. Rivadeneira señala que una de las más solicitadas es la ruta en bicicleta, en donde se recorre 12 km de la antigua línea del tren para llegar al hospedaje. De igual forma son los paseos en bote por el lago San Pablo y sobre todo los turistas buscan disfrutar de la gastronomía local.

Junto a los visitantes se recoge la leña para las preparaciones, se cosechan choclos, habas, entre otros productos andinos. Para Rivadeneira este tipo de turismo mantiene el sentido de comunidad y se fomenta la idea de compartir conocimientos.
“Vienen italianos, aprenden lo que hacemos como pan o tortillas y ellos también nos enseñan, por ejemplo a hacer la masa de su pizza”.

La asociación tiene actividades tradicionales como la elaboración de la chicha o Yamor o representaciones del coraza o los pendoneros, para dar a conocer a los visitantes la importancia de estos personajes en su cultura.

Difunden también el trabajo en totora. “Somos el pueblo totorero por excelencia”, dice Rivadeneira. Con este material exportan muebles y venden muñecos, juguetes y esteras. Los turistas visitan la producción, se les da una explicación de su origen y se les incentiva a que ellos también trabajen la totora en diseños propios.

La Asociación cuenta además con cafeterías delicatesen, galería de arte, pesca deportiva, caminatas, paseos acuáticos, deportes extremos y agroturismo.

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