En el Mercado Iñaquito, Andrea Díaz explica -a la pareja española, María José Delso y José María Abadía- sobre las distintas variedades de frutas que se consumen en el Ecuador. Foto: María Isabel Valarezo/ EL COMERCIO
Cuanto más se conoce la cocina de un pueblo, se puede conocer más a fondo a su gente. En ese sentido, compartir las costumbres arraigadas en la comida local es la experiencia culinaria que difunde Cooking Ecuador.
A las 10:00 del jueves (31 de agosto de 2014) empezó el tour gastronómico que contrataron José María Abadía y María José Delso. La pareja llegó desde Zaragoza, España, para conocer Ecuador y encontraron interesante la propuesta de aprender a cocer de la mano de cocineros ecuatorianos.
Generalmente, un tour gastronómico presenta una lista de restaurantes y platos recomendados que el turista debe visitar; pero con la dinámica de Cooking se incita al turista a disfrutar de la comida local y a aprender de ella.
A Andrea Díaz, creadora de Cooking Ecuador, le interesó la idea de acercar la comida ecuatoriana a la gente. Vivió una experiencia muy similar en Perú y consideró implementarlo en el país. El tour que ofrecen dura entre tres y cinco horas, dependiendo del plato que se prepare.
Esta vez, el recorrido se inició en el Mercado Iñaquito, un lugar que a Delso le fascinó por la composición colorida de frutas y legumbres. Caminar por los pasillos descubriendo los alimentos que forman parte de la dieta ecuatoriana fue un buen inicio. Así la pareja pudo probar algunas frutas que no encuentran en su país.
Maritza Guerrero, quien tiene su puesto en el mercado, les ofreció la carambola. Mientras probaban la fruta, la vendedora les explicaba sobre las propiedades diuréticas de la misma. Entre degustar la tuna, la lima y el pepino, la pareja no pudo evitar comparaciones con las frutas españolas. Así el sabor del orito les recordó al plátano de Canarias.
Una vez terminado el recorrido se dirigieron a un domicilio. Estas casas privadas –que pertenecen a amigos de Cooking Ecuador- tienen vista panorámica de la ciudad y allí les espera una cocinera – en esta ocasión, Nieves Cango – quien fue la guía en la preparación.
Abadía y Delso recibieron una receta del platillo que prepararían y… manos a la obra. Con la ayuda de Cango, trabajaron en el refrito para el locro quiteño.
Desde cortar la cebolla hasta la cocción del potaje, la pareja hizo preguntas sobre la técnica culinaria. Les llamaba la atención el uso del achiote, algo que no encuentran en su país. Pero algunas similitudes que hallaban con su propia cocina les permitían fluir con la receta. Por lo que mientras se cocinaba el caldo del locro, ya elaboraban el segundo: un encocado de camarón.
Con mucho movimiento dentro de la cocina, las aportaciones de cada uno llegaban al plato. Cuando removía el refrito del encocado, Delso soltó: “De este viaje sí que me acordaré”. No había hecho algo así en ningún otro lado. Para Abadía todo empezó con una curiosidad por entender la cocina ecuatoriana y terminó en el aprendizaje de tres platos,“son cosas nuevas, una experiencia que merece la pena”, concluyó.
Con Cooking Ecuador, el recuerdo del país ya no se concreta solamente en una fotografía, sino en una experiencia grabada en el paladar.