El ecosistema costarricense es uno de los más hermosos del planeta, pero también puede suponer un problema arquitectónico grande.
El estudio Benjamín García Saxe Architects respondió a este reto con la Casa Flotanta, una residencia que se alza sobre la exuberancia de la selva y que mira directamente a la inmensidad del océano Pacífico.
Esta vivienda de 300 m² está emplazada en el entorno natural de Puntarenas y, según Plataforma Aquitectura, aprovecha de manera óptima su emplazamiento y los materiales de la zona. Fue construida para la familia Gooden-Nahome.
Según el portale Experimenta.es, el terreno está ubicado en la mitad superior de la colina y la aguda pendiente de la ladera dificultaba la construcción de los cimientos.
Este obstáculo se convirtió para este estudio radicado en San José, en una oportunidad para explorar nuevas formas de arquitectura.
¿Cómo solucionaron estos problemas Benjamín García Saxe, Daniel Sancho, Soki So, Roger Navarro y Daniel Medri, los ejecutores del proyecto? Pues levantando la vivienda sobre un cuerpo de acero galvanizado sustentado por pilares. Esta estructura acoge tres módulos, todos ellos prefabricados y forrados en madera de teca local. Las tres piezas se dispusieron escalonadamente para asegurar la vista panorámica hacia el océano en todo momento y de posibilitar la adición de nuevos módulos. Una red de puentes y pasarelas flotantes asegura la comunicación entre las estancias.
La luz natural actúa poderosamente sobre el interior de la vivienda, convirtiéndose en uno de los protagonistas. Las fachadas frontales disponen de puertas correderas que se abren hacia el exterior, permitiendo el acceso de la luz y facilitando la ventilación natural.
Esta apertura dota al interior de una mayor sensación de espacio y subraya la comunión de la residencia con la naturaleza.
Como contraste, sigue Experimenta, los muros de bambú ejercen de celosías, tamizando la luminosidad para crear ambientes más íntimos.
La casa ha sido pensada para afectar lo menos posible al entorno: el agua de lluvia es recogida por un sistema situado en los tejados para su uso doméstico; distintos dispositivos LED iluminan de manera eficiente y sin contaminar lumínicamente el paisaje; un sistema de calefacción solar provee de agua caliente a la vivienda. Está previsto que, en un futuro, una instalación de placas fotovoltaicas alimente la red eléctrica.