A simple vista, la actividad se reduce a doblar un papel para darle formas diferentes. Pero detrás de esta habilidad se esconden infinitas posibilidades de crear e imaginar.
Se pueden formar figuras geométricas de las que luego saldrán aves, serpientes, vasos, casas y representaciones de personajes del cine o la televisión.
Ana Lucía Pabón es una especialista en la técnica del origami (papel doblado). Ella afirma que existen reglas para este trabajo.
Elegir el papel adecuado y cortar correctamente la forma y el tamaño según la figura deseada, es la primera. Seguir las pautas para realizar un plegado y conseguir la representación visual de aquello que se persigue crear es el resultado de una artesanía. Los dobleces y pliegues deben hacerse con exactitud, por lo que se aconseja trabajar sobre una superficie lisa y sólida. Es bueno ir repasando los dobleces y pliegues con la uña del dedo pulgar, así se marcan mejor.
Para la construcción de un cisne, por ejemplo, se requieren 100 hojas de block tamaño carta. El papel debe ser de 75 g/m² de preferencia y de diferentes colores.
Hay dos opciones: papel de alto gramaje como, por ejemplo, catálogos o revistas reciclados; y, cartulina del color al gusto de la persona. Opcional pero recomendable es usar pegamento. Si se usa papel reciclado una vez terminado se puede pintar la figura con aerosol, explica Pabón.
Se corta en cartulina o papel, rectángulos de 8×4 cm. “Se toma uno de los rectángulos y se pliega al medio sobre el lado largo. Luego se dobla sobre el lado corto, para marcar la línea media. Se abre y se verá marcada la línea media”.
Después se doblan las dos esquinas hacia adentro, empezando por una de ellas. Luego se encorva la otra, haciendo coincidir el lado largo de cada una, con la línea media previamente marcada. El siguiente paso es dar la vuelta a la pieza y se doblan nuevamente las dos esquinas.
Para realizar la cola, en cambio, se toman como base siete piezas y se repite el procedimiento. Se debe continuar con esta forma de encastre hasta completar 34 piezas y cerrar la circunferencia encastrando la primera en la última.
Al final, se consigue una hermosa pieza que puede servir para varias cosas. Por ejemplo, para poner y guardar dulces, frutas, objetos de limpieza o, simplemente, para que luzca en solitario.