La silla vintage de La Mustache pone el toque en Paola Liao.
Tonos vintage y eclécticos dominan los almacenes guayaquileños de moda. La iluminación es importante.
Diseñar un local comercial relacionado con la industria de la moda es un reto. La imagen que proyecta el sitio es tan importante como la calidad de los productos exhibidos. De la decoración puede llegar a depender el número de visitas que se reciben e, incluso, en algunos casos, la decisión de compra.
Además, es indispensable que el concepto de diseño del espacio vaya de la mano con el de la marca. Así se muestra coherencia y armonía. El diseñador de interiores español, Iván Cotado, escribe en su blog que hay aspectos fundamentales que se deben considerar en estas boutiques: la interacción entre el cliente, el espacio y el personal; la disposición y colocación de producto, y, la iluminación.
El primero es importante ya que de este dependerá ‘la mayor parte de sensaciones generadas en el cliente’. En ese aspecto, la disposición y colocación del producto son puntos complementarios: es indispensable analizar la forma de exhibir las prendas para lograr resultados efectivos.
Asimismo, la iluminación juega un papel importante. El espacio debe tener una combinación adecuada de luz natural y artificial que permita que las prendas resalten. Las luces deben ser elegidas adecuadamente, de modo que no distorsionen los colores, un elemento trascendental cuando se habla de moda.
Los detalles también son claves. El local de la marca de ropa Paola Liao, ubicado en el norte de Guayaquil, combina con buenos resultados, la elegancia con el vanguardismo. Un elemento clave en esta tienda es un mueble en madera, de color amarillo con un estampado en blanco y negro de diseño moderno. Se trata de un objeto ecléctico, que da un toque de originalidad sin recargar el espacio.
En otro rincón del local, una mesa llama la atención: es de color blanco, con una lámpara negra encima. Es un conjunto sobrio que se une a un tercer elemento, un espejo. Este está colocado diagonalmente y es el que pone la pizca de rebeldía. La pared es blanca, dando la sensación de amplitud.
También en el Puerto Principal, el local de la marca de vestimenta y calzado femenino Fulgore logró armonizar su concepto de mercadería y punto de venta.
Fulgore es un marca coqueta, con matices juguetones y a veces vintage. En ese estilo fue ideado el local de esta empresa nacional, liderada por la quiteña Bertha Serrano.
En esta tienda, ubicada en la ciudadela Urdesa, los pequeños detalles y los colores vivos son anzuelos. Una lámpara de estilo antiguo, en color rojo, contrasta con el techo blanco.
Las paredes, en cambio, tienen pinceladas que dan personalidad. Una de ellas, por ejemplo, juega con rayas verticales en colores blanco y verde limón. Ahí se muestran, en exhibidores de madera, los zapatos de la línea Fulgore Kids, jugando con varios materiales. Otra de las paredes tiene un papel tapiz con elementos vintage, en colores beige y blanco.
Un elemento que llama la atención es una cajonera en color fucsia, donde se exhiben carteras de forma muy natural.
Las carteras, zapatos, faldas, blusas y otros accesorios de Fulgore son coloridos y llenos de detalles. Por lo que se pensó en un lugar estratégico para cada elemento decorativo, que permite que los productos se luzcan. La idea es que la mueblería y material de exhibición sean llamativos sin quitarle protagonismo a lo más importante: la mercadería.
El quid es atreverse y, sobre todo, mantener la fidelidad. Un ‘tip’ es tener en cuenta que debe existir un balance y no recargar de productos si eso implica que el cliente no los podrá apreciar. También hay que tomar en cuenta que no se trata de cantidad sino de calidad; es decir, un buen mueble puede ser mejor que varios que no tengan un concepto claro.
Cuando se trata de moda, todas las marcas tienen una personalidad propia que se diferencia de las demás. Por eso, es indispensable que el lugar donde esta marca ‘vive’, la refleje.