El blanco vuelve renovado para el mundo decorativo

Este dormitorio pertenece a un dúplex de una casona patrimonial rehabilitada ubicada en el centro de Cuenca; el blanco está presente en muebles y paredes. fotos: Xavier caivinagua , Patricio Terán / el comercio

Este dormitorio pertenece a un dúplex de una casona patrimonial rehabilitada ubicada en el centro de Cuenca; el blanco está presente en muebles y paredes. fotos: Xavier caivinagua , Patricio Terán / el comercio

Los usos y las costumbres del hábitat no cambian tan rápidamente como las modas, pero una vez que llegan, lo hacen para quedarse un buen tiempo.

La decoración de interiores y el diseño del mobiliario no son ajenos a este proceso. Eso pasó con el blanco, el tono decorativo por antonomasia, que perdió paulatinamente su protagonismo hace un decenio, siendo reemplazado por colores más audaces y atrevidos, más acordes con las desinhibidas generaciones del siglo XXI.

Y aunque han pasado épocas de franca decadencia, explica Raúl Gavela, arquitecto de VIP Constructora, ha regresado con fuerza. Ahora, justamente, es la tendencia en decoración, tanto de los espacios interiores como del mobiliario.

Tanta es la recuperación de este color que hasta es usado de forma masiva en escenarios y almacenes de gran formato.

Un ejemplo de esos es el nuevo local de Almacenes De Prati, en el Scala Shopping de Cumbayá. En esa megatienda de 5 100 m² distribuidos en tres niveles, el blanco y sus escalas son los principales actores: tanto de las paredes y pisos, como del mobiliario.

La serenidad que aporta el blanco y sus gradaciones es una de las cualidades que más se aprecian de él, tanto si buscamos crear espacios destinados al relax como cuando buscamos amplitud, explica Verónica Díaz, arquitecta de Carolina Muñoz Decoraciones.

En De Prati, el blanco está presente en todo. Desde en los cielos rasos hasta en los pisos. Y cumple algunas funciones: como delimitador de espacios, como caminerías guías, como remates decorativos. El blanco del porcelanato resalta con nitidez en los amplios pasillos.

Una de las aplicaciones más utilizadas es en el mobiliario, explica Jorge Bailón, arquitecto. Este se caracteriza por la amalgama del blanco con unas formas sobrias y contemporáneas de líneas ortogonales (líneas y ángulos rectos); en otras palabras, un mueble minimal.

Son muebles cuyas determinantes y condicionantes son -además de la estética- la funcionalidad, la comodidad y la ergonomía, explica Gavela.

Este mobiliario es de gran espectro, además. Hay salas, comedores, dormitorios, muebles de exterior. Y hasta existe un mobiliario de oficina de corte contemporáneo que produce ATU y que tiene como eje cromático al blanco.

Sin equivocación, explica Bailón, todos los grandes diseñadores de muebles y los almacenes prestigiosos tienen modelos en los cuales este color es el principal.

Adriana Hoyos es un ejemplo. Aunque sus colecciones más sonadas tienen como ejes tonales los chocolates y cafés, varias de sus creaciones tienen al blanco como referente.

Tempo Design, BoConcept, Home Identity, Fadel, Scandia y otras firmas ofertan todo tipo de mobiliario en ese rango.

Otra práctica en boga en la actualidad es realzar el blanco no solo en las paredes y los muebles, sino, también, en la arquitectura y los accesorios como espejos, cojines, floreros, alfombras, cuadros...

Un ejemplo de esta integración es la rehabilitación de un inmueble patrimonial cuencano ubicado en San Sebastián, entre las calles Bolívar y Estévez de Toral. Allí, Espinoza Arquitectos y el estudio de decoración Ecuador Interiors transformaron la vieja casona en primorosos lofts y dúplex donde el blanco está presente desde en la cocina hasta en los dormitorios. Pedro y Carlos Espinoza aprovecharon la gran altura de las habitaciones antiguas para construir los dúplex.

El blanco, en este caso, ayudó a ampliar las perspectivas de las habitaciones -algunas pequeñas, estrechas y con poca luz- pues esa es una de sus características: hace que los ambientes se vean más grandes y mejor iluminados.

Claro, explica Bailón, el uso extensivo del blanco puede caer en una error cromático: la monotonía y la frialdad de las estancias. Un error que se compone fácilmente si se añaden elementos coloridos en sitios o equipamientos estratégicos.

En toda decoración, explica Savita Wack, existe una amalgama de tres colores. Primero es el color dominante o principal, que se encuentra en la mayor proporción (70%). El segundo es el tónico o el estimulante, el cual se utiliza como contraste del color principal (20%).

El tercero es el mediador. Como se entiende, continúa Wack, es el conciliador tonal, y se relaciona con los colores dominante y tónico (10%).

En esa proporción reside el éxito del blanco como el color que regresó desde el olvido a ser el gran protagonista.

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