El diseño del mobiliario infantil en el país se puso pantalones largos desde hace un lustro. Y no tiene nada que envidiar a lo que se cocina en estudios internacionales tan famosos como P’Kolino, Offi, Kidzdens, Modernseed, Iglooplay y los mismos BoConcept e Ikea.
En este momento existen en Quito talleres tan prestigiosos como Mundo Infantil, Karges, Línea Cypress, Faviru o Capirudeco, cuyos muebles para niños son verdaderos ganchos por su diseño y funcionalidad.
Como afirma Marcelo Rodríguez, de Capirudeco, “los diseñadores nacionales estamos subidos al tren del diseño de avanzada y tratamos de no perder la ruta. Hay mucho talento, a pesar de que nuestro mercado es pequeño comparado con otros”.
En cuestiones de muebles y juegos infantiles para exteriores también existe un buen menú, en cantidad y calidad. Empresas como ITM, Garabatos, Tropical Tímber, Dekokids, K-sitas o Madera Seca compiten en originalidad e innovación y ofrecen juegos infantiles de todo calibre.
No obstante esa variedad, este universo infantil nacional todavía tiene una pata coja: el diseño de interiores integral; ese que se encarga no solo del mobiliario sino de la arquitectura, de la ambientación y hasta de la psicología de sus ocupantes.
Mikado, arquitectura lúdica, es un taller pensado en llenar ese vacío.