Un enfrentamiento entre indígenas de las comunidades Sarayaku y Cutacachi, ubicadas en Pastaza, dejó cinco heridos. La pelea ocurrió en la noche del jueves, a eso de las 19:30, en el sitio Chuyayacu, dentro del territorio indígena Sarayaku, a 20 minutos de vuelo del Puyo.Los dirigentes Rubi Ortiz y Wilson Malaver tienen heridas causadas por perdigones. Fueron trasladados a media mañana en una ambulancia aérea al hospital de Puyo. Daniel Santi, dirigente de Sarayacu, aseguró que perdieron mucha sangre. La avioneta, el único medio de transporte que comunica a los pueblos alejados de Pastaza con Puyo, no podía ingresar a Sarayaku en la mañana por la lluvia. La Policía informó que en Cutacachi están otros tres heridos, pero hasta el cierre de esta edición no se confirmaron sus nombres ni su estado de salud.Santi contó que en el 2003, dos familias se asentaron en el sector Chullayacu y fundaron la comunidad Cutacachi. Pero en las últimas semanas, más de 20 familias llegaron a esta zona para construir casas con hojas y madera. “Pedimos a las autoridades que nos ayuden a indicar a esa gente que no pueden invadir tierras. Pero como no escucharon el pedido, decidimos desalojarlos”. Esto se resolvió en la asamblea general del miércoles pasado. Cutacachi está a tres horas a pie del centro de Sarayaku. Cerca del lugar están asentadas las comunas Sarayaquillo y Cali Cali. Chullayacu es utilizado para actividades de recreación. Según Santi, los recibieron con disparos de perdigones y hachas. “Sergio Gualinga encabeza la invasión. Él fue expulsado de Sarayaku hace 25 años porque violó las leyes del pueblo y fue desterrado por los jueces ancestrales”.Afirmó que Gualinga apoya a las empresas petroleras. Este Diario intentó conversar con los pobladores de Cutacachi pero en la zona no hay teléfonos. Sarayaku tiene una extensión de 135 000 hectáreas. La Constitución señala en el capítulo cuarto de los Derechos de las comunidades, pueblos y nacionalidades, que las comunidades tienen el derecho colectivo de conservar la propiedad imprescriptible de sus tierras, que serán inalienables, inembargables e indivisibles. Este argumento fue presentado por la gente de Sarayaku a la gobernadora de Pastaza, Raquel Morante, para que intervenga en el caso.