Una competencia nacional de danza aérea se realizará este sábado 7 de julio de 2018 en el Teatro Sánchez Aguilar. Foto: Mario Faustos/ EL COMERCIO.
Ariana Jaramillo tiene 9 años y lleva solo dos practicando danza aérea. En un ensayo contorsiona su cuerpo dentro de un aro que pende de lo alto, llevando sus piernas por encima de su cabeza en un acto de equilibrismo. En otro número termina sosteniéndose del aro solo con la parte posterior del cuello o se sujeta con los pies.
Jaramillo es una de las estudiantes de la Academia Acro FC de La Puntilla, en Samborondón, que se prepara para participar en la segunda edición de la competencia de danza aérea Aerialstars, un certamen que se realizará este sábado (7 de julio del 2018) en el Teatro Sánchez Aguilar, en el Guayaquil metropolitano.
La competencia busca incentivar la práctica de una disciplina cercana a la gimnasia artística, que conjuga la práctica deportiva con acrobacias aéreas y un aliento dancístico.
“El trabajo en el piso, la fluidez coreográfica y las poses vienen de la danza”, indicó Melissa Ávila, instructora de la Academia Eureka, también en La Puntilla, parte del comité organizador. “La idea con el certamen es formalizar el deporte, que las alumnas de las pocas academias que existen en el país tengan un espacio en el que puedan enfrentarse al escenario, al público, compitiendo por un premio”.
Son 70 atletas inscritas en una competencia de una decena de categorías, que incluyen a niñas desde los 4 años hasta mujeres de 35. El mejor puntaje obtendrá como premio un viaje para representar al país en marzo de 2019 en Las Vegas (EE.UU.), en el campeonato internacional The Diva Fest.
Las dos modalidades se practican sobre dos telas sujetas al techo o sobre un aro que pende de cuerdas. Además de estudiantes de cinco academias de Guayaquil, también participarán bailarinas independientes y representantes de academias de ciudades como Quito, Loja, Riobamba o Milagro.
“Esta disciplina se deriva de la acrobacia, y a todos los niños les gusta el circo, la adrenalina y el vértigo; las niñas son muy disciplinadas. Las personas adultas tonifican su cuerpo y queman calorías”, explica Ávila, quien cuenta con alumnas entre 5 y 35 años.
En la competencia las telas estarán sujetas a 10 metros de altura en la sala principal del Sánchez Aguilar. Ivanna Merchán, de 16 años, se lanza desde esas alturas con las telas envueltas a sus piernas para detenerse a medio camino y terminar extendiendo sus brazos en una pose de bailarina.
“Con el entrenamiento uno gana habilidad. Inicié hace cuatro años sin fuerza y sin flexibilidad. Me he esforzado bastante para llegar a sostenerme de un solo brazo o de una sola pierna”, cuenta Merchán, que el año pasado viajó a las Vegas con sus compañeras de academia al The Diva Fest.
Lara Hergenreder, de 14 años, también alumna de Acro FC, termina exhausta tras una rutina en el aro en la que destacan giros rápidos y repetitivos sobre su propio eje, como una patinadora sobre hielo. Ella también se prepara para la competencia.
“Todo es comprometerte y trabajar por lo que quieres, una vez que te comprometes en serio, lo vas a lograr y te vas a volver bueno en ello”, dice tras la rutina, casi sin aire.