Natalia Lafourcade presentó su última producción: ‘Hasta la raíz’. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
Mágica. La palabra calza a la perfección para definir lo que fue la primera presentación de la artista mexicana Natalia Lafourcade en Ecuador. Un show que fue parte del Festival Terrasónica que se realizó ayer, 21 de mayo del 2016, en la Quinta San Luis de Lumbisí, ubicada en el sector de Cumbayá.
Lafourcade llegó al país para presentar ‘Hasta la raíz’. Una producción que se ha convertido en una especie de mantra sonoro; una rara avis que ha acompañado a muchas personas durante sus procesos de sanación interior después de una ruptura amorosa.
A las 22:00, Lafourcade -ataviada toda de negro- inició la presentación. En el primer set se despachó con dos de las canciones más populares de su nuevo disco, ‘Hasta la raíz’ y ‘Lo que construimos’. Composiciones que fueron coreadas a todo pulmón por las cerca de 4 000 mil personas que estuvieron presentes, a esa hora, en el festival.
Son pocas las ocasiones en las que el público quiteño no empieza a lanzar, de primera, peticiones de las canciones más populares de un artista. Esta fue una de ellas. La gente que estuvo presente en el Terrasónica demostró que ‘Hasta la raíz’, a pesar de ser una producción reciente, había sido escuchada ciento de veces y necesitaba ser coreada en directo.
Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
Durante las dos horas de concierto, Lafourcade se dejó ver como una artista llena de carisma y naturalidad. Cerca de las 23:00 ella y su banda, integrada por cinco músicos entre ellos un venezolano, un cubano y un colombiano, estaban acostados en el suelo del escenario mientras jugaban con sonidos e improvisaban acordes.
Para ese momento, Lafourcade ya había interpretado la mayor parte del repertorio de su nuevo disco que incluye canciones como ‘Vámonos Negrito’, ‘Nunca es suficiente’, ‘Mi lugar favorito’ y ‘Me voy de casa’. A estas canciones se sumaron éxitos de sus anteriores trabajos como ‘Amarte duele’ o ‘En el 2000’.
Cerca de las 24:00, Lafourcade había tocado la guitarra, había hecho coreografías con sus músicos y había regresado a ver en varias ocasiones a la luna llena que estaba justo arriba del escenario. Para terminar su presentación interpretó ‘No más llorar’ y ‘Palomas blancas’, esta última se la dedicó al país y a las personas que fueron afectadas por el terremoto del pasado 16 de abril.
Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
Esta interpretación, de una gran fuerza poética, fue el final de un festival que incluyó las presentaciones de Los Bueyes de Madera; Alibombo, un dúo colombiano que experimenta con el ruido; Mateo Kingman, quien presentó uno de su mejores shows en vivo; la brasileña Tulipa Ruiz; y los Swing Original Monks que tocaron una de las canciones de su nuevo disco, que se presenta en agosto.
La primera edición del Terrasónica estuvo matizada por la presentación de charlas sobre el cuidado de la tierra entre ellas una sobre Sarayaku y la Amazonía que estuvo a cargo de Patricia Gualinga. En este festival la música fue el pretexto perfecto para promover la reflexión sobre lo que las personas pueden hacer para ayudar a cuidar y proteger el planeta.