36 alumnos de la comunidad shuar de Uwents, perteneciente al cantón El Pangui, concluyeron el tercer nivel. Foto: cortesía de la revista Vista al Sur
Entre los shuar, saraguros y puruhaes de Zamora Chinchipe se pierde el uso de sus lenguas nativas. Por ello, el departamento de Gestión Social, Turismo e Interculturalidad del Gobierno Provincial inició la enseñanza del shuar y kichwa entre los indígenas.
El programa de revitalización de las lenguas consiste en dictar talleres de tres módulos. Cada uno dura 70 horas y asisten niños, jóvenes y adultos durante cuatro días a la semana, en las tardes. El horario lo escogen los estudiantes, según la disponibilidad de su tiempo.
Hace dos semanas, los 36 alumnos de la comunidad shuar de Uwents, perteneciente al cantón El Pangui, concluyeron el tercer nivel. En este pueblo viven 80 familias. “Las nuevas generaciones entienden el shuar, pero no lo escriben, dice Fanny Awak.
Ella se inscribió para mantener un contacto más frecuente en el idioma nativo que heredó de sus ancestros. “Antes me daba vergüenza. Solo hablaba en shuar con gente de la comunidad y evitaba hacerlo cuando estaban desconocidos, porque me sentía extraña”.
Ahora es distinto. En los talleres entendió la importancia de conservar su lengua porque si desaparece, muere el legado cultural, señala el capacitador Mario Chuint. Para ello, la Prefectura elaboró los libros ‘Aprendamos la Lengua’; entregados de forma gratuita.
Los instructores pertenecen a las comunidades indígenas para afianzar el acercamiento, dice Víctor Gualán, director de Gestión Social. En el primer módulo aprenden sobre saludos, días de la semana, números, verbos, miembros de la familia, colores…
Al segundo nivel se le conoce como intermedio, porque los estudiantes aprenden a formar oraciones, reconocer adjetivos, conjugar verbos e identificar lugares. El tercero es el avanzado en gramática. Los participantes realizan diálogos, conferencias y recitaciones.
En nueve meses, 190 indígenas se han beneficiado de este proyecto en las comunidades de Shaimi, El Kiim, Uwents, Paquisha, Zamora, San Vicente de Caney, entre otras.
Según el instructor Chuit, en la actualidad la mayoría de los indígenas shuar habla su idioma, pero no lo lee ni lo escribe correctamente.
Él considera que esto se debe a que aprendieron la lengua nativa de generación en generación, pero sin estudiar el uso apropiado y su escritura.
No hay cifras oficiales sobre la pérdida del uso de lenguas nativas en Zamora Chinchipe, pero Gualán considera que hay un desuso por la migración y no hay herencia generacional de padres a hijos. Además, están la exclusión histórica de los pueblos indígenas y “la ausencia de una política de Estado clara e integral para recuperar las lenguas nativas”.
En el censo del 2010 se estableció que en el país 591 448 personas hablaban el kichwa y 61 910 el shuar; que son las lenguas nativas que predominan, en ese orden. Luego de ellas están las lenguas achuar, chapalá y awapit.
Piedad Donoso también asistió a los talleres que se desarrollaron en la comunidad de Uwents. Ella tiene 50 años y está contenta porque asegura que el aprendizaje de su idioma shuar fortalece su identidad cultural, tradiciones y costumbres. “Es la primera vez que hay este tipo de formación en nuestra comunidad”.
En la actualidad, los talleres se desarrollan en la comunidad de San Vicente de Caney, perteneciente al cantón Yantzaza. En este poblado habitan saraguros y puruhaes que están aprendiendo la lecto-escritura del kichwa. Entre los participantes también existen profesionales como Benigno Zhingri, quien es maestro.
Él optó por estos talleres porque considera que le ayudarán en sus clases diarias con los niños en la escuela donde labora. Este saraguro viene de una familia que no habló el kichwa. Sabe algo muy básico y lo aprendió al escuchar a sus amigos. “Nunca es tarde para aprender y lo lograré”.
Con San Vicente de Caney se cerrará esta primera etapa del programa, pero el próximo año se retomará en otras comunidades, señala Gualán, director de Gestión Social. El programa de la Prefectura también busca –a través de la recuperación de los idiomas– fortalecer la identidad de los pueblos y el turismo.