Las comunidades de la Costa ecuatoriana buscan formas de adaptarse al cambio climático, que cada vez se hace más presente alrededor del mundo. Nuevas prácticas para la siembra y conservación de bosques son parte de las estrategias que han adoptado para convivir con este fenómeno.
En Membrillal, parroquia de Manabí, se está implementando el “Programa Regional Estrategias de Adaptación al Cambio Climático basadas en Ecosistemas”. Este se realiza en Colombia y Ecuador, bajo el Programa Regional AbE. Con esto se busca preservar el ecosistema del bosque seco.
En Ecuador, la implementación del Programa Regional AbE está a cargo del Ministerio del Ambiente con apoyo de la Cooperación Técnica Alemana (GIZ) y de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Paola Pinto, responsable de Agrobiodiversidad del Programa AbE, explica que en esta zona se están enfocando en la agrobiodiversidad y el manejo sostenible del ganado caprino, ya que estas dos actividades son los principales medios de vida de la gente.
En temas de agrobiodiversidad, explica, se ha trabajado con 35 familias en las fincas de Membrillal. Este enfoque del programa incluye el fomento de prácticas para que la comunidad deje los monocultivos y los reemplacen por otros de ciclo corto y de especies maderables. Esto permite que tengan más capacidad de respuesta ante la variabilidad del clima y que tengan menos pérdidas económicas en el mercado.
Según Pinto, en el tema de caprinos se está trabajando con 30 familias. En este caso se está tratando de implementar una infraestructura modelo para evitar que los chivos salgan al bosque en busca de comida, ya que pisotean las zonas donde hay vertientes y eso hace que el sistema hídrico se debilite y se afecte.
En el programa, que se está desarrollando también en la parroquia Honorato Vásquez, en Santa Ana, se incorpora a las autoridades locales.
La idea es que estos actores tomen en cuenta el enfoque de adaptación al cambio climático en sus planes de desarrollo. Esto incluye garantizar esfuerzos para que las comunidades puedan preservar la biodiversidad del lugar, sin poner en riesgo sus fuentes de ingreso y de alimentación.
En Membrillal se ha dado prioridad al cuidado de las diferentes especies de árboles. Robert Yaguache, técnico del Programa, dice que la preservación del bosque seco permite también contribuir a la economía de las familias. En el caso de los algarrobos, aportan como forraje para el ganado y sus flores atraen a las abejas, lo que fomenta la polinización.