En el Circo del Sol, la muerte es un carnaval

Ayer, 18 de noviembre de 2015, se inició en el Parque Bicentenario la presentación de 'Corteo', el espectáculo que el Circo del Sol trae a Quito con funciones hasta el 13 de diciembre. Foto: Armando Prado/ EL COMERCIO.

Ayer, 18 de noviembre de 2015, se inició en el Parque Bicentenario la presentación de 'Corteo', el espectáculo que el Circo del Sol trae a Quito con funciones hasta el 13 de diciembre. Foto: Armando Prado/ EL COMERCIO.

Una vez que la gran carpa se ha instalado y el elenco ha arribado, las luminarias del Circo del Sol se encendieron por primera vez en el Parque Bicentenario de Quito, la noche del miércoles 18 de noviembre, para presentar Corteo. Luego de 10 años de giras, la obra presenta su última temporada con 27 funciones hasta el próximo 13 de diciembre.

Corteo’ revive la tradición del circo clásico a través de la historia de Mauro, un payaso que en el umbral de la muerte se deja llevar por el deseo de imaginar su propio funeral. Un argumento sombrío que inmediatamente se vuelca en una alegre ceremonia que celebra la vida.

Entonces, aquel camastro donde parece languidecer la vida de pronto es un parque de diversiones donde el juego y el espectáculo se combinan con una ágil destreza de gimnastas, acróbatas, malabaristas o equilibristas que se van intercalando en una serie de maravillosos actos que no pierden continuidad gracias a sutiles actos de transición que son parte de un guión inteligentemente estructurado.

Ayer, 18 de noviembre de 2015, se inició en el Parque Bicentenario la presentación de 'Corteo', el espectáculo que el Circo del Sol trae a Quito con funciones hasta el 13 de diciembre. Foto: Armando Prado/ EL COMERCIO.

Entonces, uno tras otro, sobre el escenario empiezan a evocarse pasajes de un tiempo extinto pero que aún palpitan en la memoria del protagonista como un cálido recuerdo que le devuelve el sentido a su vida, ahora custodiada por ángeles que lo guían en su viaje.

Hombres y mujeres que vuelan por los aires con vertiginosa cinética, clavas y diábolos que componen entretenidas coreografías, paseos sobre delgadas cuerdas suspendidas en la altura, todos son clásicos números circenses pero reinventados y llevados a otro nivel, al de espectáculo refinado y complejo y por ello más admirable.

Pero el circo de tonos añejos y sencillos maquillajes también es clown y es teatro que se permite jugar con guiños de la cultura local y que va dosificando la comedia, el drama, el suspenso y la acción en un relato nostálgico de múltiples emociones que se intensifican con la complicidad de la orquesta en vivo que es ya valor agregado y rasgo distintivo de la compañía circense.

Mientras el cortejo fúnebre sigue su marcha, el protagonista, que no ha aprendido a usar sus nuevas alas, decide subirse a una bicicleta para irse pedaleando al cielo luego de un venturoso viaje que resulta lo más parecido a soñar despierto.

Ayer, 18 de noviembre de 2015, se inició en el Parque Bicentenario la presentación de 'Corteo', el espectáculo que el Circo del Sol trae a Quito con funciones hasta el 13 de diciembre. Foto: Armando Prado/ EL COMERCIO.

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