La puerta europea hacia el espacio está en Sudamérica

La puerta por la que Europa conecta con el espacio está enclavada entre el mar y la jungla, en los casi mil kilómetros cuadrados del Centro Espacial de Kurú, en la Guayana Francesa, en el nordeste del continente sudamericano.

La base es compartida por tres grandes socios: la Agencia Espacial Europea (ESA), la sociedad Arianespace, en la que participan diez países europeos, y la CNSE, la agencia espacial francesa.

Francia eligió en 1964 este departamento de ultramar para ubicar una base espacial, en la que se instaló una década más tarde la ESA. Según Stephane Israel, director ejecutivo de Arianespace, la ubicación geográfica es ideal: a sólo 500 kilómetros al norte del Ecuador de la Tierra y a una latitud donde la velocidad de la rotación del planeta es mayor, unos 1.700 kilómetros por hora.

La cercanía al Ecuador la hace ideal para lanzar satélites a la órbita geoestacionaria, ya que apenas hay que modificar su trayectoria, explica a un grupo reducido de medios.

Bernard Chemoul, representante de la CNES en Kurú, agrega que la velocidad de rotación da al cohete un impulso extra de 460 metros por segundo, lo que ahorra combustible. "Este llamado 'slingshot effect' (efecto honda) es mayor que el de cualquier otro cosmódromo en el mundo.

Esa energía adicional significa que los cohetes pueden lanzar satélites mayores u otra carga útil con menos gastos", asegura el francés. Con esas ventajas, Arianespace quiere batir su récord de actividad y completar doce lanzamientos este año: seis con el cohete Ariane 5, diseñado para cargas pesadas: cuatro con el Soyuz, para satélites de peso medio; y cuatro con el de "peso ligero" Vega. "Si conseguimos hacerlo, sería el año más atareado en la historia de la compañía y de este puerto espacial", asegura Israel.

Mientras que Ariane 5 es producido por la Agencia Espacial Europea, dominada por Francia y Alemania, el Soyuz es un cohete de fabricación rusa y el Vega es mayoritariamente italiano, con la participación de otros seis países, entre ellos España. El próximo lanzamiento en Kurú está previsto para mañana 03 de abril, con el despegue de un Soyuz que dejará en el espacio un satélite del tipo Sentinel-1A, que aportará datos al Programa europeo Copérnico de observación de la Tierra.

El último despegue fue el pasado 22 de marzo cuando un cohete Ariane 5 colocó en órbita dos satélites, uno de ellos del operador español Hispasat, que suministra servicios audiovisuales a toda Suramérica. El hecho de que Kurú esté rodeado de zonas no pobladas, por una parte el Océano Atlántico y por otra una densa jungla, permite lanzar los cohetes en cualquier dirección.

Además la zona esta libre de huracanes, no hay actividad sísmica importante y la temperatura oscila entre los 22 y 30 grados. Aparte de ser el centro de lanzamiento de las misiones de la ESA, Kurú también alberga factorías de producción de combustible espacial y de propulsores de los cohetes. "Aquí se producen los motores de los cohetes Ariane y Vega, y todos los componentes del ensamblaje se suministran a través de barcos y aviones desde Toulouse, en Francia, y desde Perm, en Rusia", explica Chemoul.

En la base de Kurú trabajan en total unos 1 700 empleados, de los cuales el 75 por ciento son contratados locales mientras que el resto viene desde Europa para estancias limitadas. Si se suman los empleos indirectos, el puerto espacial da trabajo a unas 9.000 personas, aproximadamente el 15 por ciento de todo el censo laboral de la Guayana Francesa, un territorio con un estatus legal similar al de una provincia de Francia.

La actividad económica de la base supone unos 570 millones de euros, lo que también equivale al 15 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) de la Guayana Francesa. Aunque la agencia espacial francesa es la propietaria formal del centro espacial y responsable de su gestión y seguridad, la ESA aporta dos tercios del presupuesto de operaciones y ha invertido unos 1 600 millones de euros en mejorar las instalaciones, asegura el consorcio europeo en su página web.

La ESA es propietaria de las plataformas del lanzamiento y de las instalaciones de procesamiento y ensamblaje en el centro y responsable del desarrollo de las misiones espaciales.

El tercer socio es Arianespace, una empresa comercial que proporciona a clientes de todo el mundo servicios de lanzamiento de satélites y dispositivos orbitales. En ella participan empresas y las agencias espaciales de diez países europeos.

En la base de Kurú se están construyendo plataformas adicionales de lanzamiento y se preparan nuevas instalaciones para el futuro cohete Ariane 6, cuyo desarrollo debe ser decidido aún por la ESA y que podría empezar a volar en 2021.

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