Una cooperativa de ahorro, un dispensario médico y una sala de reuniones para el servicio de siete comunidades vecinas son parte de Termas Hostería Chachimbiro, en Imbabura.
Los locales de asistencia comunitaria se hallan a un costado del balneario imbabureño, conocido por sus aguas termales. Es, además, uno de los 68 registrados en el Ministerio de Turismo.
Adicionalmente, Chachimbiro empieza a ser considerado un modelo de gestión comunitaria, que refuerza una de las propuestas del sector indígena dentro del proyecto de Ley de Aguas.
La Cooperativa de Desarrollo Chachimbiro II, conformada por 66 trabajadores de poblados de Urcuquí y Tumbabiro, dirige el complejo recreativo. Lo hacen desde el 28 de febrero, cuando finalizó el convenio de comodato entre la Fundación Cordillera, que manejó las instalaciones por 15 años, y el Gobierno Provincial de Imbabura. Este aparece como propietario legal de los 20 000 m² de terreno, donde están las piscinas, cabañas y bares.
Milton Recalde, integrante de la Cooperativa Chachimbiro II, señala que se trabaja con el modelo que aplicó la Fundación Cordillera. Es decir, con un esquema de desarrollo de las comunidades Cochapata, Chiyacu, Cruz Tola, Azaya, Ajumbuela, San Francisco y Chachimbiro, ubicadas en la microrregión las cuencas de los ríos Chachimbiro y Piñán.
Uno de los logros es la Cooperativa de Ahorros Chachimbiro. Sonia Muenala, la promotora contable, recuerda que la institución nació hace cuatro años para atender las necesidades de crédito y ahorro de los comuneros. “En cuatro años hemos sumado 180 socios. Cada uno tiene un promedio de USD 460”.
Se dan préstamos emergentes hasta por USD 300. También ayudas para invertir en negocios como quioscos para vender artesanías y comidas para el turista.
Otra iniciativa fue construir un local en el cual hoy está un dispensario del Seguro Social Campesino. También se impulsa un colegio semipresencial para 17 estudiantes del sector y funciona en la sala de reuniones del balneario. Las ayudas más importantes son el abastecimiento de agua, educación ambiental, riego, salud, mejoramiento de producción agrícola e infraestructura, artesanías y vialidad.
Así, Juan Muenala, habitante de Azaya, recuerda que con el apoyo de la dirigencia de las Termas de Chachimbiro se construyó la Casa Comuna y el cerramiento de la escuela.
Un impuesto al uso turístico
Las operadoras nacionales tendrán que pagar por un permiso para hacer kayac, rafting, esnórquel y buceo o para navegar por un río en una embarcación con turistas.
Roque Sevilla, presidente de la Federación Nacional de Cámaras de Turismo del Ecuador, considera que “esa es una incongruencia práctica del sistema y una sobrerregulación inútil sobre el uso pasivo del agua. No le hace ningún daño”. El sector turístico insistirá en que no haya regulaciones al respecto.
Pedro de la Cruz insiste que “no es una afectación directa. Pero toda acción humana como la presencia de turistas en los ríos ya causa una contaminación”.
Si bien no está contemplado dentro del proyecto de ley, este aspecto será definido en el reglamento. Aunque De la Cruz anticipó que el trámite se hará ante la autoridad única del Agua.