Arqueólogos extraen las vasijas que serían de una nueva cultura en Pastaza. Foto: Glenda Giacometti/EL COMERCIO
Una vasija intacta y la base de otra permanecen semienterradas en una pequeña fosa. Están cubiertas con plástico azul para evitar posibles daños en la cerámica hallada en el nororiente de Pastaza.
Los esposos Esteban Santillán y María Rea localizaron los vestigios, hace nueve años, en un terreno de su propiedad. La pareja oriunda de la provincia de Bolívar, con la ayuda de sus hijos, decidió ampliar su vivienda.
Tumbaron árboles, retiraron la maleza y nivelaron el terreno para edificar la casa. Mientras excavaban para levantar uno de los pilares de madera hallaron los restos arqueológicos.
María, de 55 años, recuerda que las vasijas estaban a un metro de profundidad. “A una la envolvimos con una chalina e intentamos sacarle para tenerle como adorno”. Abrieron un surco alrededor del hueco para evitar que este se inunde con el agua lluvia y dañe la cerámica. El descubrimiento lo informaron a los arqueólogos del Museo Etno Arqueológico del Municipio de Pastaza.
El museólogo Edwin Aguirre se dirigió al sitio y rescató los trozos de cerámica de la olla dañada. En el lugar, el técnico improvisó, con madera, un pequeño techo como cubierta usando un plástico para evitar el deterioro de las piezas. La vivienda está ubicada entre los valles selváticos de los ríos Bobonaza y Catapaza, al nororiente de Puyo.
Las vasijas datarían de más de 4 000 años a. C. Un análisis de laboratorio podría confirmar si se trata de una cultura más antigua que la colección Pastaza y la Upano que se exhibe en el museo. Los recipientes encontrados no tienen similitud con los que se encuentran en este contenedor”, asegura Aguirre.
La muestra cuenta con una colección de al menos 420 piezas y fragmentos de cerámica de los períodos Formativo Temprano, Integración y de Desarrollo Regional.
Los cuencos de cuello angosto y una boca ancha están decorados con colores negro y café. Soledad Plaza, arqueóloga del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), no descarta las hipótesis de Aguirre.
La especialista indica que en las vasijas encontradas no se aprecia la decoración y la morfología propia de la fase Pastaza.
Esos criterios los emitió luego de realizar una visita a la zona que está a dos horas de Puyo.
La técnica rozó la vasija con sus manos. Observó el cuello de la cerámica en busca de algún rastro de pintura o de líneas que le ayuden a identificar a qué período correspondería.
Podría tratarse de un centro funerario, doméstico y puede haber más cerámicas pero no estamos seguros. Se dispuso que el área para la excavación sea de 10 metros cuadrados. Además, que se socialice con los vecinos del sector sobre el trabajo que se va a realizar”.
Las labores de excavación estarán a cargo de un docente y 120 alumnos de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad Estatal Amazónica.
Los estudiantes contarán con el asesoramiento de los técnicos del Museo en la delimitación de la zona, para analizar el tipo de suelo, datar los objetos encontrados, limpiarlos, embalar las vasijas y movilizarlas a un lugar seguro. Los especialistas esperan enviar una de las piezas a los laboratorios en Colombia, Estados Unidos o Francia para los análisis.