La jaula en la que permanecen fue diseñada para albergar a un animal grande (un lobo o un felino). Sin embargo, ese espacio es ocupado por seis guacamayos. En otra jaula de similares características permanecen 15 loras y en otra, cinco monos capuchinos. ¿La razón?, la cantidad de animales que llegan hasta el área de cuarentena del Zoológico de Quito, ubicado en Guayllabamba, no da abasto para más especies.
En ese centro de manejo de fauna silvestre hay tres áreas de cuarentena (una para animales pequeños, otra para medianos y grandes y una última para reptiles). Pablo Arias, veterinario del Zoo, explica que cuando una animal llega, su paso por estos sitios es obligatorio. Ahí se examina su condición física, se trata cualquier enfermedad y se vigila su comportamiento para descartar anormalidades como agresividad Arias agrega que cuando se trata de mamíferos, el tiempo adecuado para que permanezcan en cuarentena es de 30 días y en el caso de los reptiles máximo 60 días. Sin embargo, en el lugar hay tortugas y aves que llevan más de un año en el área de transición.
Juan Manuel Carrión, director del Zoo, informó que estos espacios tienen capacidad para 60 animales. Actualmente permanecen 200. (100 loras, 20 iguanas, 20 tortugas, 30 mamíferos y 30 aves).
Según datos del Ministerio del Ambiente (MAE), de los 79 centros de tenencia y manejo de fauna silvestre (2 9 zoológicos, 21 centros de rescate y 15 zoocriaderos legales) que hay a escala nacional, 33 cuentan con un área de cuarentena.
Arias y Carrión coinciden en que mientras exista tráfico de fauna silvestre, los centros de rescate nacionales e internacionales siempre estarán repletos. Una situación similar se vive en el Fondo Tueri, de la Universidad San Francisco de Quito. Ahí, al contrario de un zoológico, el lugar cuenta solo con un área de cuarentena. Esto, porque el sitio fue concebido como un área para curar y tratar animales antes de que sean reinsertados en su hábitat o trasladados a un centro de rescate . Sin embargo, por la demanda, han recibido animales duplicando su capacidad y algunos animales como un mono capuchino, ha permanecido ahí más de cinco meses.
En una respuesta escrita, dirigida a este Diario, el MAE dijo que “generalmente no todos los centros de rescate están abarrotados”. Sin embargo, no proporcionó datos específicos sobre cuántos y cuáles son los lugares que están al límite de su capacidad física.
Frente a esto, una de las acciones que ha emprendido el Zoo de Quito es la creación de un aviario, que está en funcionamiento desde la semana pasada. Hasta ese lugar fueron trasladadas algunas de las especies de aves que estaban en ‘cuarentena’ (guacamayos, búhos, aves rapaces y una gallereta púrpura que vivió un año en una jaula en el área de revisión.
El último jueves (7 de marzo), esta ave junto con otras eran exhibidas en jaulas adecuadas en el aviario.
En el caso de las aves rapaces, Carrión informó que tres de ellas (dos águilas y un curiquingue) salieron del área de cuarentena para entrar en un programa de cetrería con fines educativos. En el caso de las 100 loras que hay, Carrión dijo que está en conversaciones con el MAE para trasladar a estos animales a un centro de rescate en el Oriente. “Incluso con el aviario se nos dificulta tener a estas aves. Por ello estamos gestionando su traspaso”.
Además, está previsto que el próximo 29 de julio se inaugure un espacio exclusivo para los reptiles y así descongestionar las áreas de cuarentena. Todas estas adecuaciones son financiadas por el Zoo. (80% proviene de la taquilla y el 20% restante de los proyectos de conservación emprendidos). Este lugar no cuenta con una partida presupuestaria estatal.
El MAE informó que los centros de fauna silvestre al ser la gran mayoría privados son los que cubren los gastos de mantenimiento, salud, alimentación y adecuación de los lugares. Aclaró que en casos puntuales, esa Cartera de Estado provee de insumos veterinarios y apoyo técnico, biológico y veterinario.
Cada año, todos estos sitios deben renovar su patente de manejo. Una de las cosas que se revisa es que exista el espacio adecuado.
En contexto. El problema de saturación en los centros de rescate no solo existe en Ecuador. En Brasil, uno de los países con mayor biodiversidad, el 70% de estos sitios está al límite. Así lo informó Niéde Moreira, de la Fundación Vida Animal de ese país.