Causas del cáncer están entre la genética y el azar

Organizaciones de Salud  advirtieron que  si no se toman medidas, los casos de cáncer pueden aumentar un 30 % en la próxima década. Foto: Archvo.

Organizaciones de Salud advirtieron que si no se toman medidas, los casos de cáncer pueden aumentar un 30 % en la próxima década. Foto: Archvo.

Organizaciones de Salud advirtieron que si no se toman medidas, los casos de cáncer pueden aumentar un 30 % en la próxima década. Foto: Archvo.

Hasta hace poco se atribuía toda la responsabilidad de la aparición de tumores malignos a la predisposición genética y los malos hábitos de vida.

Pero un reciente estudio del Centro Oncológico Kimmel de la Universidad Jhon Hopkins, publicado por la revista 'Science', encontró por primera vez que el 65 por ciento del riesgo de cáncer se debe al azar.

La mala suerte por mutaciones aleatorias que se producen en el proceso de división celular influye en el 60 por ciento de los casos de la enfermedad.

Dicha investigación reveló que cerca de 22 tipos de tumores se explicarían por este motivo, y que en el cuerpo hay tejidos que tienen millones de veces más probabilidades que otros de desarrollar un cáncer.

Y aunque la “mala suerte” respondería por dos tercios de todo el riesgo de cáncer en un tejido, es un hecho que no se debe bajar la guardia con las variables genéticas y ambientales, causantes del porcentaje restante.

Es vital adoptar medidas mínimas de prevención, como no fumar, bajarle al máximo al consumo de alcohol, seguir una dieta balanceada y nutritiva (natural y sana) y evitar la exposición excesiva al sol.

Lo cierto es que en muchos casos la aparición de los tumores malignos sigue siendo considerada un verdadero enigma.

Para el oncólogo Javier Pacheco, jefe del Servicio de Oncología del Hospital San José, el azar y la predisposición genética son factores clave en el desarrollo del cáncer y esto se explica por los marcadores genéticos que tiene la persona.

Por ejemplo, ciertas mutaciones de los genes BRCA 1 y BRCA aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de mama y de ovario.

Precisamente, la actriz Angelina Jolie sorprendió al mundo en mayo del 2013 al anunciar que se haría una doble mastectomía para prevenir el cáncer de mama, ya que la presencia del gen defectuoso BRCA 1 en su cuerpo aumentaba el riesgo de sufrir este tumor en un 87 por ciento. A eso se suman sus antecedentes familiares.

También existen marcadores genéticos conocidos asociados con mayor riesgo de padecer cáncer uterino, leucemia, sarcoma, e incluso cáncer gástrico.

Los hábitos, nuestro granito de arena

Aunque muchos no lo crean, cada persona puede poner mucho de su parte para mantener a raya el cáncer y otras enfermedades crónicas, como las cardiovasculares, adoptando hábitos de vida saludables. Estos son algunos.

No fume. El tabaquismo es una de las adicciones más dañinas para la salud; pese a eso en el mundo existen unos 1 300 millones de fumadores. El consumo de cigarrillo es la causa de aproximadamente un tercio de todos los cánceres en los seres humanos, incluido el de pulmón, que es uno de los más frecuentes y letales. La Agencia Internacional de Investigación del Cáncer relacionó el tabaco con la aparición de al menos quince diferentes formas de la enfermedad, entre ellas tumores de vejiga, páncreas, hígado, colon y recto.

Bájele al alcohol. Es otro de los hábitos que aumenta el riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer, como el de colon, hígado y mama. La aparición de la enfermedad está más relacionada con la cantidad de etanol ingerido, que con la bebida.

Cuide su peso. El sobrepeso y la obesidad se han relacionado sobre todo con cáncer de colon, de mama y de riñón; esta es una razón importante para comer en forma balanceada y hacer más ejercicio.

No abuse del sol y no use cámaras de bronceo. Estos factores están ligados a la aparición del cáncer de piel, principalmente por el efecto de los rayos ultravioleta.

De acuerdo con el dermatólogo-oncólogo Santiago Ariza, las personas de piel clara son las que tienen mayor riesgo de sufrir esta enfermedad, que se manifiesta por la aparición de lesiones semejantes a lunares, verrugas o pequeñas heridas en la piel.

“Con el paso del tiempo –agrega el especialista– estas lesiones suelen aumentar de tamaño y formar ulceraciones, cambiar de color, presentar formas irregulares y, en ocasiones, sangrado, síntomas que requieren atención inmediata y consulta médica”.

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