¿Por qué sustituir la carne animal por la carne vegetal? Es el dilema entre vegetarianos y carnívoros.
Los argumentos son variados. Uno de ellos: el valor nutritivo. Por ejemplo: una porción de 100 gramos de carne vegetal aporta con 31,11 gramos de proteínas, mientras que la de res con 19 (ver tabla).
Y dado que el cuerpo necesita un consumo diario entre 50 y 60 gramos de proteínas, la diferencia de 12 gramos cuenta, explica Ivonne Martínez. La nutricionista precisa que las carnes rojas (res) y las blancas (pollo, pescado), cumplen una función nutricional. Proporcionan proteínas, hierro y grasa animal.
¿Y cuáles son los beneficios de las proteínas? Tienen propiedades cicatrizantes, controlan las infecciones y ayudan a regenerar el músculo. Mientras que el hierro combate enfermedades como la anemia.
A pesar de la importancia nutricional, la carne animal tiene otra desventaja. Se trata de las toxinas que contiene, entre ellas la urea, que produce la enfermedad de la gota por el aumento del ácido úrico, señala Cristian Albán, gerente de Alimentos Manna. La empresa distribuye carne, hamburguesas y embutidos de gluten (pasta de trigo) en el país.
Albán afirma que en la carne vegetal hay un consumo directo de nutrientes y mayor rendimiento de la tierra. En cambio, la alimentación de una res, por ejemplo, demanda más gastos.
La carne vegetal se compone de productos naturales. La base es el gluten o seitán (pasta de trigo) y es enriquecida con harinas de cereales y legumbres, como la soya, chochos, quinua y lenteja.
Ya preparada se parece a la carne animal, pero su color es marrón. El sabor depende mucho de la preparación.
Carmen Enríquez, ama de casa de 57 años, hace guisados, cebiche, guatita, fritada, etc. “El sabor es similar a cualquier carne”. Su esposo, Federico Orellana, y sus tres hijos de 26, 24 y 21 años, quienes no son vegetarianos, también la consumen.
Hace 27 años, la ama de casa decidió ser vegetariana por salud. Con frecuencia se enfermaba del estómago, le dio gastritis y su peso era irregular. Desde que empezó a comer vegetales y esta carne, dice que mejoró. Incluso controla su peso: se mantiene entre 115 y 120 libras.
Aunque no hay un registro oficial del consumo en el país, Cristian Albán afirma que hay un incremento. En el 2003, cuando empezó el negocio, vendían un promedio de 3 000 libras al año.
En el 2009 la demanda aumentó a 60 000 libras. “Ahora hay más conciencia de alimentarse sano, también hay más proveedores”, refiere.
Y en el mercado hay una variedad de derivados de esta carne, jamón, mortadela y chorizo listos para cocinar, así como para elaborar hamburguesas.
Humberto Amado, de la tienda Sakti, cuenta que hace 12 años vendía unas 10 libras a la semana, desde el año anterior la venta subió a 30. En este local, la libra de carne vegetal se, ofrece a USD 2,85. En Camari, también en Quito, hay paquetes listos para consumir desde USD 2,80.
Si se prefiere preparar la carne vegetal en casa, se expenden harinas preelaboradas. Las fundas de 500 gramos de carve de soya cuestan USD 2,10 y el kilo de carve de gluten, USD 3,60. Carve es el término que se usa para la carne que aún no está lista.