Carlinhos Brown el cantante Brasileño se une a Unicef para enseñar a los niños sobre el uso de la energía. Foto: Instagram, carlinhosbrownoficial.
Paxuá e Paramim, dos personajes animados creados por el cantante brasileño Carlinhos Brown, continuarán enseñando a los niños el uso seguro de la energía en virtud de un acuerdo entre la eléctrica Neoenergía y la Unicef renovado hoy 5 de abril de 2018 en Río de Janeiro.
De la mano de Paxuá e Paramim, dos pequeños indígenas, miles de niños de comunidades del noreste brasileño aprenden cómo evitar, por ejemplo, que una cometa enganchada en los cables de la luz pueda convertirse en un arma letal.
La iniciativa es utilizada en acciones educativas enfocadas en niños de 3 a 10 años por las distribuidoras eléctricas de Neoenergía, empresa que este año pasó a ser controlada por la española Iberdrola.
“Hay que evitar la pérdida de vidas”, apuntó hoy 5 de abril de 2018, Mario Ruiz-Tagle, presidente de Neoenergía, durante la renovación del acuerdo que la compañía mantiene con Unicef.
También Florence Bauer, representante de Unicef en Brasil, subrayó la importancia de este tipo de proyectos, que se han traducido en una mejora del rendimiento escolar en las comunidades afectadas, una caída de los índices de abandono de las aulas e incluso de la mortalidad infantil.
Brown, por su parte, insistió en la necesidad de “educar para la paz” y enviar un mensaje de confianza a los niños y adolescentes en las comunidades.
“No somos un país pobre, somos un país que no encuentra desarrollo para salir de la pobreza“, apuntó el artista, que será nombrado embajador iberoamericano de la cultura el próximo día 11 de abril.
“Siempre les digo a los niños, crezcan para convertirse en buenos ciudadanos. Crean en lo que ustedes pueden hacer y este país, y América Latina entera, encontrarán el desarrollo soñado y acabarán con esa imagen de que somos pobres o una sociedad de esclavos”, agregó.
El acuerdo entre Neoenergía y Unicef, firmado en 2014, contempla acciones sociales en 466 municipios de los estados de Bahía, Pernambuco y Río Grande do Norte, donde viven cerca de 4 millones de niños y adolescentes