Carla Barbotó: 'Cuando piensas mucho las cosas, no las haces'

Carla Barbotó

Carla Barbotó

Introducción

Carla Barbotó es mamá ante todo (es lo primero que dice cuando le pido que me hable de ella; ese era el sueño de su vida), y es también surfista, curiosa y arriesgada.

Además, forma parte del grupo de los emprendedores más destacados de la escena nacional. Carla y su esposo, Santiago Peralta, son los ideadores y directores de Pacari, ese chocolate que le ha dado 45 premios mundiales al Ecuador. Sentada en su oficina de La Floresta (su barrio de toda la vida), con sus maneras sencillas, relajadas y agradables, es fácil imaginársela transitando por las calles del barrio (vive cerca) en su bicicleta eléctrica, en la que a veces va al trabajo.

Testimonio

Me siento totalmente realizada en este momento. Estuve recién en Londres, París, Dublín (promocionando su chocolate) y pensaba que amo mi trabajo, amo mi vida, amo a mis hijos, me encanta mi marido y lo amo. Hemos hecho tan lindo equipo. Pero para mí sí han sido un megashock los 40. Porque 40 años son 40 años; o sea, no son 80, pero tampoco son 20.

Sí es un 'stop and think'. Es como que te recargas. En el viaje no quería parar; se acababan las ferias y de noche quería ver la ciudad, quería volverme a sentir como de 20 y no sé de dónde saqué energías y no me importó el 'jet lag' ni nada. No me sentí un segundo cansada, no sé si es el choque de saber que tienes 40, pero no quieres sentirte de 40.

Y este año ya corrí mis 15 kilómetros; me cogió esto de que antes de cumplir 40 tenía que correr. Me encanta la naturaleza, soy surfer; me gusta mucho el mar y estar afuera. Empecé a hacer surf hace unos 15 años; con una amiga nos fuimos a buscar playas y llegamos a Canoa. Bueno, soy surfista de la Sierra, soy buena, pero no de competencias ni nada. Surfear es bacansísimo, es algo con lo que te conectas y no puedes zafarte nunca más.

El Santi surfea y quería comprarme mi tabla. Así nos conocimos. Ya son 13 años de eso. Y entre las olas nos fuimos conociendo. Ahí también hemos ido descubriendo muchos sabores que tenemos en nuestro chocolate. Por ejemplo el chocolate con sal nos recuerda mucho esa época en la que estábamos con la tabla.

Siempre conversábamos, decíamos que queríamos tener algo propio. Todo esto comenzó en el mar. Mientras esperábamos las olas nos preguntábamos qué queríamos hacer, cuáles eran nuestros sueños, y así fueron naciendo las ideas.

Yo estudié Finanzas y Marketing; y estuve un año (1994) en Vermont (EE.UU.) y ellos estaban superavanzados en el tema orgánico. Tú sentías que todo lo que te enseñaban estaba muy direccionado a la parte ecológica. Ya hablaban de reusar, de reciclar, de las 4 R. Y yo me conecté un montón, por eso cuando pensaba en tener una empresa siempre supe que sería algo orgánico y social.

Cuando empezamos con el cacao fue superarriesgado todo lo que hicimos. Pero, a veces, cuando piensas mucho las cosas, no las haces. Con el Santi siempre decimos, si hubiéramos sabido todo lo que había que hacer, capaz que no nos metíamos. Yo realmente creo que hay que meterse en cosas en las que uno no sabe qué va a pasar. Nunca hay que perder esa inocencia de cuando eres más joven y haces cosas. Esa audacia y esa curiosidad no la puedes perder, tengas la edad que tengas, porque aprendes un montón.

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