Jóvenes con cáncer demandan un carné de discapacidad

En la Catedral se realizó una misa y también un acto simbólico de los jóvenes que enfrentan el cáncer. Foto: Andrés Jaramillo/ EL COMERCIO

En la Catedral se realizó una misa y también un acto simbólico de los jóvenes que enfrentan el cáncer. Foto: Andrés Jaramillo/ EL COMERCIO

En la Catedral se realizó una misa y también un acto simbólico de los jóvenes que enfrentan el cáncer. Foto: Andrés Jaramillo/ EL COMERCIO

La misa de las 11:00 fue especial ayer, 4 de febrero de 2015. La Catedral se llenó de jóvenes guerreros que luchan contra el cáncer.

A Michelle Pinos, de 19 años, la acompañaron sus familiares. Ella fue la encargada de entregar una de las ofrendas: cajas de medicinas en una bandeja.

Fue simbólico. Una plegaria para que las personas que son diagnosticadas con ese mal no padezcan de la falta de medicinas ni tampoco sean privadas de un trato cálido, digno, humano, en los centros médicos.

La ceremonia se dio a propósito del Día Mundial de Lucha Contra el Cáncer, que se celebró ayer. Michelle llegó con la camiseta blanca de la Fundación Jóvenes Contra el Cáncer. Se vinculó hace un año, cuando le detectaron linfoma no Hodgkin (cáncer a las células llamadas linfocitos).

Fue duro, lo reconoce. Y se sintió sola hasta que descubrió al resto de voluntarios de la Fundación. Participó con ellos en caminatas, charlas, actos artísticos y se enamoró de su segunda familia.

Aprendió que el cáncer no es necesariamente terminal y que hay miles de razones para vivir feliz, compartiendo con
el resto de gente.

“Tenemos cáncer, ¿y? Eso no nos impide estudiar, tener sueños, metas profesionales”. Michelle lo dice convencida.

Ella aboga para que el sistema de calificación de las personas con discapacidad se flexibilice para poder acceder al carné de discapacidades que entrega el Estado y, al mismo tiempo, gozar de sus beneficios. Por ejemplo, becas para que no se trunquen sus estudios. Muchos de los jóvenes que llegan a la Fundación provienen de hogares con pocos recursos.

“No podemos esperar a que a alguien le falte una parte de su cuerpo para catalogarlas con discapacidad“, dijo Gustavo Dávila, presidente de la Fundación, poco después de recibir un reconocimiento.

Se lo entregó la asambleísta María Cristina Kronfle, en nombre de la Legislatura, por el trabajo que ha desarrollado la Fundación.

A las felicitaciones se sumó la ministra de Justicia, Ledy Zúñiga, a quien se le pidió su apoyo para interceder ante los organismos del Estado y retomar proyectos.

Como el convenio que rigió hasta el 2011 con el Ministerio de Salud para apoyar en la formación del personal médico y promover los cuidados paliativos en los centros públicos de atención. Además de un instituto especializado para la investigación, tratamiento, docencia y desarrollo que persigue la Fundación.

Al terminar la misa, Michelle se reunió con el resto de voluntarios. Se acercaron a un féretro que estaba en la entrada de la catedral; lo abrieron y colocaron dentro medicinas, cartas y carteles con frases como: “Faltan médicos oncológicos”.

También fue simbólico. Así enterraron todo lo malo, frustrante e injusto que deben soportar los guerreros. Fue una forma de empezar de nuevo, de limpiarse para volver a ver la vida y disfrutarla.

Sonriendo y cantando. La Banda Municipal de Quito, que estaba en la plaza, puso el ritmo y los jóvenes bailaron en su día.

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