Una caminata al natural, en Cuicocha

Fotos: jOSÉ  Mafla/ EL COMERCIO


Fotos: jOSÉ Mafla/ EL COMERCIO


La laguna de Cuicocha, en Cotacachi, refleja el azul intenso del cielo durante los días soleados. El perímetro de 14 kilómetros de esta cuenca, que es el cráter de un volcán, se ha convertido en una ruta para quienes gustan de las largas caminatas.

Las plantas de pumamaqui , calaguala, chilca, mortiño, pino, entre otras, flanquean cinco rutas de diferente distancia y dificultad. Así explica Antonio Zambrano, uno de los guías naturalistas de la Reserva Cotacachi-Cayapas, de la que también forma parte este espejo de agua.

El lunes último, unos 10 turistas de Alemania y Austria eligieron esta ruta de senderismo.

Los extranjeros, equipados con mochilas, gorras y zapatos cómodos, resaltaban la belleza de este trayecto.

Pero también la emoción que produce pasar cerca de los acantilados y por estrechos puentes, tendidos sobre profundas quebradas, que hacen latir más fuerte el corazón.

Ellos escogieron la ruta Chumaví. Se trata de un reto medio, que se recorre en tres horas.

Los marchistas deben movilizarse en un vehículo, desde el ingreso a la laguna de Cuicocha hasta un punto llamado Cotacachi Loma.

Ahí comienza la aventura que incluye el paso por dos miradores construidos con troncos y techo de paja.

En los días despejados se puede observar la laguna que tiene dos islotes en medio, la ciudad de Otavalo, el volcán Imbabura y, hasta, el Cotopaxi, con su cima cubierta de nieve.

Hay otras rutas , como la denominada Sagrada. El nombre se debe a que en varios puntos de este tramo los indígenas realizan rituales andinos, como la quema de inciensos, en el Inti Raymi.

Pero para los caminantes extremos está el sendero Gorky Campuzano. Es el más largo y extenuante y se cubre en cinco horas.

El recorrido está matizado por las leyendas de gigantes, duendes y aparecidos y las propiedades medicinales de las plantas nativas, que Zambrano relata a los agitados caminantes.

“La mata de calaguala es un analgésico. Se usa para calmar el dolor de espalda”, explica el campesino. En tanto, un colibrí revolotea por los matorrales. También se observan gorriones, tórtolas, mirlos... Y, con un poco de suerte, aparecen conejos, venados, armadillos...

Las rutas de senderismo de Cuicocha se pueden recorrer de manera autoguiada. Pero se recomienda el acompañamiento de un guía para que la aventura sea también educativa y cultural.

NO OLVIDE

Lleve su cámara ­ fotográfica, porque el lugar ofrece la oportunidad de captar bellos parajes.

Para la caminata se debe usar un calzado cómodo y de montaña, para adaptarse al camino de tierra.

Es importante llevar gran cantidad de agua, porque en los senderos no hay lugares en donde hidratarse.

Es necesario pedir la compañía de los guías locales, porque ellos conocen bien los caminos.

Debe llevar un poncho de aguas, sombrero y gafas. En la zona llueve de un momento a otro.

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